Miles de cofrades preparan su regreso a las calles tras dos años de parón

Resuena desde hace semanas un eco más o menos lejano de tambores y bombos. Anuncian el retorno esperanzado de la Semana Santa, pero también de la primavera, envueltos en un ambiente de ansia colectiva por dejar atrás un tiempo marcado por la distancia y las restricciones. 

Las cofradías aragonesas han retomado los ensayos tras dos años alejadas de las calles por la pandemia. Rescatan del armario capas, capuces, capirotes y cíngulos camino de la tintorería y rascan horas de sus vidas diarias para recuperar el toque con las mazas y los palillos.

Lo hacen con cierta incertidumbre, pero con la firme esperanza de que este año sí será posible procesionar por las calles de sus ciudades. "Somos bastante optimistas, ahora parece que la cosa va mejor y veo a la gente muy animada. Los cofrades tienen muchas ganas de tocar y procesionar como antes y, conforme se acercan las fechas, mucho más", comenta José Villarroya, presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades de Teruel.

"La sensación es buena", reconoce José María Río, Mayordomo primero de la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz, la organizadora de las procesiones en Huesca. Allí andan atareados con la salida de los pasos y algún "problemilla" que pueden ocasionar las obras del Paseo Ramón y Cajal y, "en vísperas ya del Miércoles de Ceniza", como recuerda Río, se preguntan cómo se adecuarán las procesiones a las normas que marque Sanidad mientras aguardan a la asamblea general del próximo lunes 14.

Por su parte, Mariano Julve, presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de la Semana Santa de Zaragoza, confía en un regreso "normal" a las calles tras el precedente esperanzador de las cabalgatas de los reyes magos. "Aunque si, conforme se acerquen las fechas, hubiese que hacer alguna adaptación, la haríamos sin problema", asegura.  

Los tres representantes confían también en la respuesta de la gente tras dos años de cancelaciones, una situación que en ocasiones podría dar pie a cierto descuelgue. "Por la gran afluencia a los ensayos que estamos viendo no parece que vaya a afectar", apunta Julve. La Semana Santa de Zaragoza, declarada fiesta de interés turístico internacional, contó en 2019 con 7.145 participantes activos entre integrantes de pasos y atributos, hachas e instrumentos, junto al resto de inscritos en las diferentes agrupaciones, que sumados alcanzaron la cifra global de 16.000 cofrades repartidas en 25 cofradías. 

"Hasta 2019 íbamos muy bien y la gente joven se iba incorporando. Quizá nos puede lastrar un poco que la gente mayor ahora lo es aún más, los fallecimientos que desgraciadamente hemos sufrido y que hayamos tenido alguna baja, pero, en general, sé que la gente que había se ha mantenido, así que también en eso soy optimista", reconoce Villarroya. En el caso de Teruel, la cifra de referencia se sitúa alrededor de los 2.350 cofrades pertenecientes a ocho agrupaciones entre cofradías y hermandades. 

Desde Huesca, Río apunta a Viernes Santos "de 1.300 y 1.400 personas", aunque ahora reconoce que no tiene "ni idea" de cómo puede responder la gente. Se refiere a las filas de cofrades, porque los que sí tiene controlados son los integrantes de las bandas, que, según explica, han retomado los ensayos "con gran entusiasmo". Suman 14 cofradías. 

Una ventana en las redes 

La cancelación de los dos últimos años impulsó a muchas cofradías a abrir la tradición a las nuevas tecnologías. Una ventana que ya no piensan cerrar. "En 2020 recurrimos a las redes sociales y las retransmisiones a través de Youtube para acercar la Semana Santa a la gente confinada en sus casas y nos hemos dado cuenta que tenemos una repercusión incluso mayor a la de la gente que se da cita en la calle", explica Julve. Por eso, recuerda a los cofrades la necesidad de suscribirse a los canales de cada cofradía porque a partir del millar de seguidores se permiten las retransmisiones en directo.  

Pero la verdadera emoción se vive en la calle. Allí se ve ya Villarroya: "Ahora mismo solamente de recordar la última Semana Santa se me ponen los pelos de punta, así que imagino que el regreso será un momento muy especial, una mezcla de nerviosismo y de ganas inmensas de volver a tocar. Estamos deseando de que ese día llegue, que podamos volver a hacer lo que nos apasiona y sigamos adelante con la vida”.

La vida también se ha abierto paso en este tiempo. Es el caso de los Salvatierra y los Andrés, dos familias unidas ahora por la ilusión de ver vestido de blanco dentro de poco a Marcos, un precioso bebé de seis meses que ya se come el medallón de Nuestra Señora de la Piedad y del Santo Sepulcro. "Imagínate, tres años sin procesionar, ahora volver con hijo, los dos abuelos, José y José María, además de mi hermano y mi cuñado, todos cofrades... La emoción del Jueves Santo a las 12 cuando salga la virgen y podamos ir todos con él", comparte Francisco Salvatierra, padre de la criatura.   

Algunos años más, nada menos que 500, cumple la Hermandad San Joaquín y de la Virgen Dolores. Nacida por el impulso de unos comerciantes de la antigua calle Cedacería de Zaragoza que, con un altar, agradecieron a San Joaquín el haberlos librado de la peste, la agrupación de fieles conmemora ahora este quinto centenario con una virgen nueva de Nuestra Señora de Gracia que se expondrá en la iglesia del Hospital Provincial y que, con una nueva peana, formará parte de la procesión de la Soledad en la madrugada del Viernes al Sábado Santo.

No será la única novedad, puesto que el Lunes Santo se añadirá la nueva procesión del Recuerdo, en hermanamiento con el colegio Compañía de María. De su puerta partirán a las 20: 30 horas tres cruces in memoriam, recuerdo de los difuntos de la hermandad, del colegio y del hospital Provincial, destino final de la procesión. Además, la ONCE sacará el 12 de marzo un cupón en homenaje de la hermandad, sobre la que ya se prepara una novela dedicada y una exposición en el Patio de la Infanta que será comisariada por el historiador Domingo Buesa.