Los vecinos del barrio de San Lorenzo, al límite por el ruido de las terrazas

El sonido de las terrazas es con el que conviven a diario los vecinos del barrio de San Lorenzo de Huesca. Los establecimientos comienzan su actividad con los cafés de la mañana, le siguen los vermús, el tardeo..., y las copas hasta la madrugada. Los que viven en la zona dicen que ya no pueden más.

"Gritos, peleas, discusiones, cánticos... Es decir, no tenemos ningún problema en que la gente venga a hacer uso y disfrute de las terrazas, pero, claro, no hay ningún tipo de control", denuncia Lucía Bellosta, vicepresidenta de la asociación del barrio de San Lorenzo. 

Lo que piden los vecinos es que haya más presencia policial para que supervisen los horarios, los niveles de ruido y sancionen los comportamientos incívicos. Los hosteleros estudian cerrar sus negocios una hora antes en invierno para favorecer el descanso de los vecinos y también ellos reclaman que aumente la vigilancia.

"Tiene que haber un control de la autoridad y, luego, una convivencia con los vecinos. Muchos están viviendo en zonas donde ya había bares hace mucho tiempo y también tienen derecho a trabajar", opina Daniel García, vocal de la Asociación de Hostelería de Huesca.

Ahora, los hosteleros y el Ayuntamiento de Huesca están negociando un borrador para modificar la nueva ordenanza de terrazas.