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Los productores de cereza de Calatayud y el Aranda, más cerca de obtener el sello de calidad
Ya se han aprobado los pliegos de condiciones y estatutos provisionales del consejo regulador, trámites necesarios para presentar la solicitud de creación de la Indicación Geográfica Protegida. El
Imagen de archivo de cerezas. / EPLa obtención de la denominación de calidad para la cereza de Calatayud y el Aranda ha dado un paso más, después de que la asociación que la promueve aprobara esta pasada semana los pliegos de condiciones y estatutos provisionales del consejo regulador. Es un trámite necesario para presentar la solicitud de creación de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para esta fruta.
El presidente de la Asociación para la Promoción de la Cereza de la Comunidad de Calatayud y la Comarca del Aranda, Alberto Pérez, ha pasado este sábado por los micrófonos del programa De Puertas al Campo, de Aragón Radio, donde ha reivindicado la importancia de lograr esta denominación diferenciada. Es, apuntaba, una cereza que que siempre ha tenido una gran calidad, y cuyo cultivo se ha convertido en un motor económico para la zona. “La cereza da mucho trabajo. La población que se queda en los pueblos de la comarca es gracias a este cultivo, y es bueno para todos que se reconozca esta diferenciación”, ha defendido.
Además, confía en que con este sello de calidad podrán acceder a ayudas para su promoción y comercialización, en el mercado nacional, y en terceros países. Recordaba que la asociación representa ahora a 36 productores y comercializadores de Calatayud y el Aranda, que suman una cosecha de entre nueve y diez millones de kilos de cereza al año.
Un año de sequía
En cuanto a la falta de lluvias, Pérez ha asegurado que ha favorecido a las variedades más tempranas, que están creciendo muy sanas y a un ritmo adecuado, lo que garantiza que tendrán una gran calidad. Y habrá que ver su efecto en el resto, señalaba.
Pero lo que más ha perjudicado a la producción, recordaba, han sido las heladas de principios de abril y las elevadas temperaturas que se dieron justo antes, lo que interrumpió la floración delas variedades más tardías. Sin embargo, todavía no hay una estimación de las pérdidas que se han podido producir por estas circunstancias meteorológicas.
