Los malos hábitos alimenticios en la infancia condicionan la salud en la etapa adulta

Uno de cada tres menores españoles tiene al menos dos factores de riesgo cardiovascular debido a sus malos hábitos de salud, según dato de la Fundación Española del Corazón. Un dato que sumado a que las enfermedades coronarias son la primera causa de muerte en España, da como resultado una mala gestión de los hábitos alimenticios de la sociedad general. 

Los últimos estudios en cuanto a alimentación abren una puerta a la esperanza y apuntan a una mejora en los hábitos de la sociedad. "Comparado con estudios de 2011 o 2015, hay buenas noticias porque estamos mejorando en temas de sobrepeso y obesidad en población infantil", subraya Rocío Mateo, nutricionista y coordinadora del grado de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza.

Un cambio de rumbo en el que es esencial el trabajo y esfuerzo de los profesionales socio-sanitarios, el Ministerio de Consumo con campañas como la prohibición de publicidad de productos no saludables enfocados a menores y un cambio de mentalidad de la sociedad, que ahora es más consciente de la implicación de la nutrición en la salud.

"En los colegios se trabaja en campañas específicas de intervención comunitaria para ayudar a transmitir conceptos sobre alimentación saludable, pero aún queda mucho por hacer", señala la experta, quien aconseja "perder algo de tiempo" en el supermercado leyendo la composición nutricional de los productos antes de adquirirlos. 

"Ante unas galletas debemos ver qué las compone. La mayoría, desde el punto de vista nutricional, están suspendidas. Si tienen azúcares, aceites, sal...no son saludables. Lo mejor es hacerlas en casa con buenos ingredientes como avena y plátano", señala Mateo. 

La experta pone el foco de atención en la adolescencia, una etapa en la que se forman muchos de los hábitos que continuarán el resto de la vida. "Es un momento en el que se tiene más autonomía y empiezan a comprar algunos productos. Obviamente, los adolescentes van a optar por comer aquello que más les gusta, pero si se les ha educado en una alimentación saludable, optaran por mejores alimentos", apunta.

Con todo, las excepciones puntuales son aceptables: "No se puede prohibir algo, es un error. Consumir chocolate con churros o pizza de forma excepcional, que no supere el 10% de la alimentación habitual, no está mal", subraya la nutricionista.