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EXCURSIONES

Lesiones en montaña: desde fracturas a hipotermia, pasando por picaduras de insectos

Cruz Roja ha realizado más de 170 atenciones en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido desde el 17 de julio. Las reacciones por picaduras de insectos en espacios naturales se agravan en verano

ANTONIO PARDO /
icono foto Excursión por el Parque natural Posets-Maladeta. / A.P

Las rodillas y los tobillos son dos de las zonas del cuerpo que sufren más lesiones en las excursiones de montaña. "Sea senderismo, alta montaña o barranquismo, todas son actividades en las que principalmente nos movemos con las piernas y es lógico que sean las extremidades inferiores las que se lleven las peores consecuencias", señala Manuel Avellanas, vocal de Prevención y Salud de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), que además cuenta con una tesis doctoral en accidentes de montaña.   

Heridas con cortes de diversa gravedad, esguinces en las articulaciones y fracturas de huesos conforman el grueso de las lesiones de extremidades inferiores entre los montañistas. También suelen ocasionarse en otras zonas del cuerpo, como las muñecas.  "En muchas ocasiones, intentan frenar el impacto de la caída con las manos, incluso sin soltar los bastones",  apunta Fernando Sarvisé, responsable del operativo de Cruz Roja en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.   

También son frecuentes, apuntan los expertos, en estos meses estivales los golpes de calor, las deshidrataciones y las picaduras de insectos. "A diferencia de veranos anteriores, estamos viendo que las reacciones están siendo más graves. Hace unos días, atendimos a una persona que presentaba graves dolores de cabeza tras recibir una picadura en alta montaña y a la que no le surtían efecto los analgésicos", añade Sarvisé.  

El senderismo es la actividad de montaña que más accidentes registra, ya que "son muchas personas las que realizan este tipo de excursiones y aumenta la probabilidad de sufrir percances", detalla el teniente Baín Gutiérrez, jefe del Área de Montaña de Jaca, que engloba al GREIM de Aragón y Navarra. En la Comunidad, estas unidades de la Guardia Civil efectúan, de media, unos cinco o seis rescates al día. Los fines de semana y las fechas festivas, "podemos llegar a atender 14 o 15 operaciones, por la gran cantidad de gente que asiste a estos espacios naturales", añade Gutiérrez. 

La evacuación en helicóptero de una corredora francesa que se torció el tobillo en el Collado de San Martín, en Sallent de Gállego, o el rescate de un espeleólogo madrileño en la cueva de la Hoya del Portillo de Larra, en la localidad de Ansó, han sido algunas de las últimas actuaciones por parte de los GREIM de Aragón, que solo en 2022 realizaron un total de 500 rescates de montaña, principalmente en el Pirineo durante el verano. 

Escasa preparación técnica

La escasa previsión también está detrás de estos sucesos. "No podemos ir a la montaña sin saber la predicción meteorológica ni conocer la orografía del terreno", añade el teniente Gutiérrez, quien cuenta con una dilatada experiencia al mando de rescates que conllevan una importante movilización de medios humanos y materiales

El principal motivo de estas lesiones en la montaña es la falta de preparación técnica, como apunta el vocal de Prevención y Salud de la Federación Aragonesa de Montaña. "Estamos viendo a personas que suben al Aneto por el Portillón Superior a pisar el hielo fósil del glaciar. También hay quienes van a la alta montaña con crampones inadecuados o directamente sin ellos", comparte Avellanas.



Los GREIM de la Guardia Civil prestan la atención de rescate en montaña junto a sanitarios del 061 a los que se encargan de formar. / Guardia Civil

Además, sobrestimar las capacidades físicas puede conllevar accidentes. "La ruta no termina en la cima. Debemos saber que hay que regresar al inicio y, en muchas ocasiones, conducir el coche para llegar a nuestra casa o al hotel", explica el teniente. Respalda esta visión el vocal de la FAM: "Si no estamos preparados, podemos volver más adelante. La montaña siempre está ahí".  

También hay otro tipo de situaciones en la montaña que causan roturas o lesiones en extremidades inferiores, como las rodillas, los tobillos o los pies. Se trata de los saltos en las pozas. "Si son lugares aptos para el baño, tenemos que asegurarnos antes de realizar el salto de que el territorio está virgen y que, por tanto, no hay ninguna piedra que pueda causarnos daños", recomienda Manuel Avellanas. 

45 excursionistas con heridas y 27 con esguinces en Ordesa 

Cruz Roja presta desde mediados de julio atención en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde ha llevado a cabo más de 170 atenciones por diversas causas, como heridas, esguinces y picaduras de insectos. Las heridas en extremidades inferiores encabezan la lista con 45 intervenciones, seguidas por las picaduras y los esguinces, con 27 cada una, y las ampollas, con 16. "Hay muchas personas con torceduras de tobillo o diversas rozaduras, que van a la montaña a practicar senderismo con zapatillas de calle o las típicas deportivas", detalla Sarvisé.  


Cruz Roja presta atención sanitaria en el Parque de Ordesa y Monte Perdido durante este verano. / Cruz Roja 

Entre las atenciones más destacadas en esta zona, Fernando Sarvisé destaca dos que realizaron el año pasado por caídas en las Gradas de Soaso y en el valle de Bujaruelo. "Logramos la estabilización de las personas, en un trabajo coordinado con los servicios de rescate e intervención en montaña de la Guardia Civil", destaca. Este año, añade, "hemos prestado asistencia médica a personas con patologías complejas que han ido a la montaña y, fruto de la actividad física, han sufrido episodios como bajadas de azúcar. En estos casos, es importante controlar la situación para que no conlleve consecuencias graves". 

Esta labor de Cruz Roja en la zona natural de Ordesa se prolongará hasta finales de agosto, dentro de una iniciativa que se realiza gracias al Ministerio de Transición Ecológica y Medio Ambiente y que cuenta con diez voluntarios semanales y personal de Medicina y Enfermería. "Además de la atención sanitaria, informamos a los visitantes y excursionistas de que se encuentran en un lugar natural, dónde está prohibido el baño, la suelta de perros y otros animales domésticos, y el vuelo de drones, entre otras actividades", apunta.    

Los valles de Benasque y Tena registran más intervenciones

La labor que los GREIM de la Guardia Civil prestan en el Pirineo aragonés se extiende por los diferentes valles de la provincia oscense, aunque son el de Benasque y el de Tena los que registran mayor número de intervenciones. "El Parque natural de Posets-Maladeta, y las zonas de Panticosa y Sallent de Gállego son muy transitadas por excursionistas, aunque también actuamos en los valles de Hecho, Ansó y del Aragón, así como en la Sierra de Guara y los Mallos de Riglos, donde este verano estamos menos presentes porque las altas temperaturas no invitan mucho a la escalada de aficionados", indica el teniente Gutiérrez. 

Las horas más frecuentes de actuación por parte de estos grupos de rescate van de las 11:00 a las 17:00 horas, precisa el jefe del Área de Montaña de Jaca, aunque dependen del tipo de intervención. "Aunque no sea muy frecuente, hemos llegado a atender en estas semanas casos de personas que han coronado zonas de altura con nieve, ya por la tarde, y han sufrido episodios de hipotermia", cuenta. 

Para prevenir este tipo de situaciones o minimizar las consecuencias de un accidente en la montaña, el teniente Gutiérrez Vara da una serie de consejos: "Primero, acudir al menos tres personas a las excursiones, para que uno de ellos se quede con el accidentado y otro dé el aviso de emergencia; segundo, comunicar la ruta y los horarios previstos a una persona de confianza para que esté al tanto de la finalización de nuestro itinerario, y tercero, contactar lo antes posible con los servicios de rescate, ya sea a través del 061 o el 112".