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PREVENCIÓN

La venta de detectores de humo y extintores se dispara en Aragón desde el incendio de Valencia

Algunas empresas han llegado hasta a duplicar sus ventas. El pasado año, solo en Zaragoza los Bomberos actuaron en 1.603 incendios en domicilios y comercios

T. P. A /
Aumenta la preocupación de los incendios en viviendas. / Canva
icono foto Aumenta la preocupación de los incendios en viviendas. / Canva

El incendio de un bloque de viviendas en Valencia el pasado 22 de febrero hizo que muchos ciudadanos revisaran los sistemas de protección contra incendios con los que cuentan sus casas y edificios. Eso se ha traducido en un incremento de las llamadas a empresas y negocios dedicados a la prevención de estos siniestros. "Hemos tenido el doble de llamadas y ventas. Se nota que la gente está preocupada después de lo que pasó", apunta Joaquín García, gerente de la empresa zaragozana Arex Bouzas.

El pasado año, solo en Zaragoza los Bomberos actuaron en 1.603 incendios en domicilios y comercios, como los provocados en la cocina, colillas mal apagadas o calefactores, estufas y chimeneas, entre otros. Estos sucesos suponen el 18,7% de los servicios que realizan, siendo la mayoría en viviendas, como recoge la Memoria Anual elaborada por el Ayuntamiento de la capital aragonesa. En el caso de la ciudad de Huesca, los servicios de emergencias actuaron en 205 incendios (en el 49% de los casos en edificios y locales comerciales), en 2022.

Ese incremento en la demanda de información la realizan muchas veces los administradores de fincas ante las dudas de los vecinos y tiene una finalidad clara: conocer los puntos débiles de las edificaciones y mejorar la seguridad. "Nos preguntan sobre los materiales con los que están construidas sus fachadas y ver cómo pueden equipar más los vestíbulos de la comunidad y los domicilios particulares", subraya García. 

Entre las soluciones que plantean suele estar la instalación de detectores de humo, que en el caso de los edificios supone un alto coste para los vecinos, al implicar una obra y la necesidad de instalar una centralita. "Es algo recomendable para obras nuevas", confirma el experto. 

Lo más habitual es que los clientes opten por colocar detectores de humo sencillos en sus viviendas. "Son aparatos de superficie, que no requieren una instalación compleja. Van a pilas o batería y cuando detectan humo, calor o monóxido de carbono -en función de lo que se quiera-, se activa una señal de alerta o pitido", explica García.

Estos elementos se pueden comprar en cualquier gran superficie o negocio especializado, lo que asegura que ha pasado los controles regulatorios de la Unión Europea, y, de media, no superan los 30 euros. 

Detectores de humo, extintores y mantas ignifugas

Los detectores son grandes aliados contra el fuego, pero su función se reduce a alertar de un peligro, pero no lo combate. Para cubrir esa segunda parte están los extintores. La Norma Básica de Edificación (NBE-CPI 96) establece la instalación obligatoria en aquellos inmuebles que hayan sido edificados o rehabilitados a partir del año 1996. Lo que implica que en algunas edificaciones no existen. 

Desde el suceso de Valencia, en Elexar, empresa de venta e instalación de sistemas contra incendios, han notado un aumento del 15% en la demanda de información y de un 10% en las ventas. "Gente que no tenía nada en su casa nos pide mucho los extintores, sobre todo los de 3 y 6 kilos, que son los que se recomiendan para pisos", comenta Ramón Bernal, gerente del grupo. "Antes no pedían casi para domicilios. Ahora, sí", agrega. 

Los extintores tienen un precio de unos 40 euros y requieren de una revisión anual para comprobar que se encuentran perfecto estado. "Hay que tenerlo en un lugar accesible, como la entrada de casa, cerca del cuadro de luces", mantiene el gerente de Elexar, que recomienda también instalar detectores en la cocina y las habitaciones: "No es la primera vez que el cargador de un móvil o de un aparato tecnológico crea un incendio". 

Y aunque todavía no son tan comunes, en dicha empresa también han notado un incremento en la demanda de mantas ignífugas para los coches eléctricos. "Los propietarios de este tipo de vehículos lo piden porque las baterías de litio son muy difíciles de apagar cuando se incendian", explica Bernal. Un producto que oscila entre los 1.800 y los 2.000 euros, que previene que en caso de fuego, este se propague más allá del coche. 

Su funcionamiento es similar al de las mantas que ya se utilizan en cocinas industriales, que eliminan el oxígeno, apagando las llamas.