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INCENDIOS

La UME adelanta la campaña contra los incendios tras los últimos fuegos sufridos en Aragón

Los 500 efectivos que actúan en la Comunidad trabajan habitualmente en estas fechas en las consecuencias que dejan las lluvias y el deshielo del Pirineo

ARAGÓN NOTICIAS /
Dos efectivos de la UME trabajan en el incendio de Teruel y Castellón.
icono foto Dos efectivos de la UME trabajan en el incendio de Teruel y Castellón.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha adelantado el inicio de la campaña de verano contra los incendios al mes de abril tras los últimos fuegos que ha sufrido Aragón, el último este pasado fin de semana en Mequinenza. Una medida que no es habitual a estas alturas de la temporada, en la que los 500 militares que actúan en la Comunidad están pendientes de las inundaciones propias de primavera.

El teniente coronel Manuel Montero, jefe del IV Batallón de la UME, señala que el binomio de sequía y gran cantidad de combustible que existe en los montes de Aragón provoca un aumento exponencial de los riesgos. En alerta de manera permanente ya está el medio millar de efectivos que componen su equipo. Según ha reconocido este militar en el programa Despierta Aragón, de Aragón Radio, ahora tienen preparado todo el material y los vehículos adecuados a las necesidades que requiere la actuación en un incendio, cuando lo habitual a estas alturas de la temporada primaveral es focalizar los problemas en las inundaciones.

Trabaja en la prevención en invierno

Desde la UME sí que tienen la percepción, por su experiencia, de que esta tendencia "va a ser cada año más habitual". Por eso, Montero entiende que es imprescindible, cada vez más, recalca, que se trabaje sobre la prevención del terreno: "Un trabajo previo soluciona cualquier incidencia que se derive del fuego".

El alcalde de Mequinenza, Antonio Sanjuán, cuyo municipio ha sufrido un incendio este fin de semana que ha quemado 400 hectáreas, se expresa en términos similares. También entrevistado en el programa Despierta Aragón, el regidor ha advertido que las fincas de cultivo y las que son trabajadas por los agricultores han servido para frenar el avance de las llamas. Así se ha demostrado este fin de semana y también el verano pasado tras el incendio de Nonaspe, que calcinó más de 1.000 hectáreas.

El pirómano, sin perfil

Por su parte, Francisco García Berenguer, abogado de Zaragoza en asuntos penales como la provocación de un incendio, asegura que no existe un perfil determinado del pirómano. "La casuística detrás de cada fuego es muy variable y con muchas motivaciones", recalca el letrado. Las penas, tras la reforma del código penal de 2015, oscilan entre los 1 y 5 años, y pueden alcanzar los 20 años si la gravedad es extrema. 

La pena depende de la "valoración" de lo sucedido y las repercusiones que ha tenido un incendio, para el medioambiente y las personas. Lo que sí es más complejo, dice García Berenguer, es demostrar la implicación de una persona. Aunque afortunadamente, reconoce, cada vez hay más tecnología para probar la culpabilidad de un pirómano. 

La administración en los últimos diez años ha incrementado los medios para detener y juzgar con garantías a este perfil de persona. Esto ha supuesto una subida en las cifras de condenados que han provocado un incendio.