La sequía puede reducir a la mitad la cosecha de alfalfa de este año

La sequía puede reducir a la mitad la cosecha de alfalfa de este año. Una situación que afecta directamente al empleo, ya que unas 2.000 personas trabajan en las plantas deshidratadoras, y también a la ganadería. Esta merma ha obligado a rebajar la exportación y centrar las ventas en el mercado nacional. En Aragón se produce aproximadamente el 80% de la alfalfa española. 

El año pasado, las industrias forrajeras de la Comunidad produjeron 1,2 millones de toneladas de alfalfa deshidratada y este año, la previsión es de unas 600.000 toneladas. "Este año las predicciones apuntan a un año muy complicado, ya que estimamos que podríamos perder un 50% de la producción  debido a las restricciones por la falta de agua y las restricciones que hay en el riego en prácticamente toda España", explica Luis Machín, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada. 

"Esta planta requiere de agua para desarrollarse bien cada 12 o 15 días y no sé si vamos a poder regarla una vez al mes. La producción nos va a bajar muchísimo. Si en un año normal se hacen seis cortes de la alfalfa, ahora podremos hacer tres y malos", explica el agricultor Jesús Alcaine. 

En muchas zonas del valle del Ebro, los tractores ni tan siquiera han entrado aún al campo. Y si falta matería prima, las máquinas de las deshidratadoras no funcionan o trabajan a medio gas, como está ocurriendo ahora.

Por eso, los 2.000 puestos que genera la alfalfa en las industrias forrajeras aragonesas están en el aire. "En temporada alta se trabaja siete días a la semana 24 horas prácticamente y hemos tenido que hacer una parada porque no hay material suficiente como para trabajar", explica Marcos Lizano, gerente de la Cooperativa San Lamberto. 

Con una producción tan reducida de alfalfa, la tendencia a la exportación ha cambiado para poder atender la necesidad del ganado nacional.