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CONSTRUCCIÓN

La promoción propia aumenta en Aragón tras la pandemia con más de 1.100 viviendas en tres años

La construcción de viviendas propias tuvo su punto álgido justo después de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y en 2023 los datos vuelven niveles previos a la pandemia

S.C.G. /
En 2021 y 2022 se autoconstruyeron más de 800 viviendas en todo Aragón.
icono foto En 2021 y 2022 se autoconstruyeron más de 800 viviendas en todo Aragón.

Las estadísticas del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón muestran que en los años 2021 y 2022 se registró la cifra máxima en la autopromoción de viviendas unifamiliares en Aragón. La crisis sanitaria de 2020 supuso un punto de inflexión. Este periodo, marcado por la obligación de permanecer en casa, llevó a muchas personas a reflexionar y a replantearse la búsqueda de un lugar más espacioso, con más luz y zonas al aire libre, lo que ha llevado a particulares a construir más de 1.100 viviendas propias en solo tres años en la Comunidad.

Las cifras reflejan que entre 2019 y 2020 el número de personas que construían por su cuenta una vivienda unifamiliar rondaba las 290 al año. En 2021 se incrementó un 46%, con 416 viviendas, un dato que se repitió en 2022, según explica Carlos Turégano, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. Esta tendencia disminuyó en 2023 hasta valores previos a la pandemia, con la construcción de 298 viviendas de este tipo. 

Este aumento de la autopromoción también lo notan en la Confederación de Empresarios de la Construcción. Su presidente, Juan Carlos Bandrés, asegura que de las viviendas que se construyen cada año, "las que realmente realiza el sector de la construcción no llega al 20%, porque muchas son unifamiliares, autogestionadas por los propietarios”. 

En cuanto al procedimiento a la hora llevar a cabo este tipo de construcción, el Colegio de Arquitectos señalan que, “aunque a priori pueda parecer complejo”, hay prácticas asentadas que garantizan su agilidad. El cliente elige a un arquitecto de su confianza, que es quien redacta el proyecto en un trámite colaborativo, que después será visado en el Colegio de Arquitectos. Después, se solicitan las ofertas a las empresas constructoras y la licencia de obra, así como todas las autorizaciones necesarias. El último paso es el certificado de la dirección de obra. 

El coste de construcción de una vivienda unifamiliar de promoción propia suele ser más alto que el de la vivienda colectiva, pero ofrece el beneficio de que es como hacerse "un traje a medida", indica Turégano, porque se diseña en función de los gustos y el modo de vida de cada persona. Están observando “un incremento de la autoconstrucción”; es decir, aquellos casos en los que el promotor de la vivienda ahorra costes eliminando la figura del constructor, ejerciendo así como contratista de la obra, una práctica que, consideran desde el sector, puede conllevar problemas en el proceso para aquellas personas ajenas a la edificación. 

Promoción propia: del encargo a la autoconstrucción

Jorge Checa comenzó el proyecto de su casa en 2015, en Zaragoza, y vive en ella desde 2018. Adquirió una parcela con una vivienda antigua, por lo que el primer paso que tuvo que dar fue el de realizar el proyecto de derribo. Los 60 metros cuadrados construidos pasaron a ser 144 metros cuadrados habitables, con un bajo, dos plantas, varias terrazas y jardín. 

Lo más complicado, asegura, fue la coordinación y los trámites administrativos, a los que se suman los imprevistos de la construcción. Pese a la complejidad que supone que “todas las decisiones pasen por ti", el resultado, asegura, "ha merecido la pena". 

El primer arquitecto con el que contactó calculaba un coste de 750 euros por metro cuadrado constructivo, pero esta cifra se duplicó al finalizar la obra por los gastos asociados que “no contemplas”, reconoce. 

Un libro sobre construcción y un giro en su formación llevó a Ana Rubio a construir su propia casa. Después de estudiar Fisioterapia y Magisterio, decidió que tenía que “aprender a poner ladrillos” y se matriculó en un grado de construcción. Tras siete años como profesora de albañilería empezó a levantar su casa en Villamayor de Gállego. En seis meses, a falta de muchos detalles, la estructura estaba hecha: “Una casa con tres alturas”. La mano de obra eran ella y su pareja. “Lo más complicado fue encontrar el lugar en el que construir la vivienda”, afirma.  Villamayor era su apuesta, pero el precio se encarecía. Finalmente, adquirió un solar con una vivienda antigua que derruyó para después construir su casa. Una vez comenzó a levantar la nueva, lo más difícil, destaca, fue “ceñirse a los metros predeterminados”

Ana dibujó los planos de su casa con un diseño de “espacio abierto que fue ratificado y firmado por los arquitectos”.  En relación a los costes, en principio calculó que rondaría los 50.000 euros, contando todo el proceso, pero la realidad incrementó esta cifra hasta los 90.000 euros. Pese a este incremento, insiste en que ejercer como mano de obra le sirvió para “ahorrar unos 60.000 euros”.