La pandemia deja un aumento de las consultas de niños y jóvenes, y por estrés laboral

Las consultas de salud mental han experimentado un gran aumento. Están relacionadas con cuadros de ansiedad, depresión y estrés. Son difíciles de detectar en ocasiones, con barreras para el adecuado tratamiento y pocas veces bien visibilizados. Son situaciones que se han agudizado tras la pandemia y que cada vez se manifiestan en edades más tempranas. Ante esta situación, el sistema de salud aragonés ha aprobado un nuevo plan para avanzar en la prevención y los recursos para el abordaje de patologías mentales.

Seis de cada 100 personas en España han pedido ayuda psicológica desde que empezó la pandemia. Casi la mitad, por ansiedad, y una tercera parte, por depresión. Son trastornos con fuentes muy diversas y que pueden irrumpir de forma muy precoz. En el caso de Ana Sánchez, a los 14 años, derivado de un linfoma de Hodgkin: “Durante la quimio y durante el proceso de la enfermedad no tuve ayuda psicológica, y cuando ya me dieron el alta al terminar la quimio, se suponía que tenía que volver a una vida normal que no me fue posible porque todos los nervios, toda la tristeza y todo el trauma de tenerlo me salió después”. Eso le generó una depresión y un trastorno de ansiedad.

Seis de cada 100 personas han pedido ayuda psicológica desde que empezó la pandemia. (Objetivo).

Una alarma en los jóvenes

La incertidumbre, la inseguridad o el miedo son emociones difíciles de gestionar para cualquiera. Más todavía en una edad tan temprana. En Aragón, tras la pandemia, la demanda de consultas de salud mental se ha triplicado entre niños y jóvenes. Se manifiestan en trastornos de conducta alimentaria, autolesiones, problemas con la alimentación, etc. "Habrá que ver si es una patología, son situaciones de riesgo importantes y que hay que estar sobre aviso”, indica José Manuel Granada desde la Coordinación de Salud Mental en Aragón.

La prevención es fundamental. Un estudio internacional liderado por distintos hospitales del país acaba de concluir que reduciendo las adversidades infantiles se podría reducir la incidencia de los trastornos mentales en la edad adulta. En esa línea, Sanidad y Educación trabajan de forma coordinada para prevenir situaciones de riesgo en la comunidad. Este año se han abierto 400 expedientes ante un posible riesgo suicida en menores aragoneses. En la mayoría de casos, el riesgo ha sido bajo, pero es imprescindible no bajar la guardia y, sobre todo, pedir ayuda. Para Jesús Padilla, psicólogo infanto-juvenil, el problema se va agravando "con los años si no se interviene".

Las consultas se han triplicado entre niños y jóvenes.Objetivo.

1.800 bajas laborales

El estrés asociado al trabajo también es una problemática cada vez más común que todavía cuesta contar en voz alta. Los problemas de Ángel, nombre ficticio para proteger la identidad, comenzaron cuando empezó a trabajar y estudiar al mismo tiempo. Así era su día a día: “Por la mañana estudiar y por la tarde trabajar hasta las diez de la noche, porque nunca sabías cuando salías”. La competitividad desmesurada, el trabajo constante por objetivos o las horas extra no remuneradas hicieron que estallara.

Son situaciones cada vez más comunes que tienen consecuencias. Según estudios recientes, uno de cada cinco casos de depresión es atribuible al estrés laboral. El año pasado en Aragón se dieron 1.800 bajas laborales por estrés o ansiedad, un 2% del total. La de Ángel fue una de ellas, aunque otras muchas no llegan a materializarse por miedo: es la alargada sombra del ‘qué dirán’. “Da miedo por si puede quedar como una mancha en tu historial laboral y sobre todo porque, en mi caso, me dieron unos antidepresivos que te los tomas un año. Y esa es la solución”, explica Ángel.

La venta de ansiolíticos creció un 6% y los antidepresivos un 4%. Objetivo.

Líderes en consumo de ansiolíticos y antidepresivos

Otro de los grandes desafíos pasa por reducir el consumo de psicofármacos. España lidera el consumo de ansiolíticos y antidepresivos a nivel mundial. En 2021, su venta creció un seis y un 4% respectivamente. “No puede ser una respuesta única a todas las situaciones que hay con sintomatología ansiosa, o depresiva, o de insomnio por ejemplo. Hay que buscar otras alternativas terapéuticas, que las hay, y que se pueden poner en marcha”, comenta Granada.

El reto es mayúsculo para la sanidad pública. En Aragón, se ha puesto en marcha un plan de salud mental para los próximos tres años que contempla una inversión de 22 millones de euros y la contratación de más de un centenar de profesionales en la comunidad. Entre sus diferentes líneas de trabajo, Sanidad pretende reforzar la colaboración con otros departamentos e instituciones en la promoción de la salud mental en todas sus vertientes.