La crisis del mar Rojo pospone las entregas y ya multiplica por cuatro el coste de los transportes

El conflicto bélico en el mar Rojo sigue poniendo en jaque la logística mundial y las empresas aragonesas ya están tomando nota para adaptarse a una crisis que no asoma un final a corto plazo. La nueva ruta para evitar cruzar esta zona, que obliga a bordear todo el continente africano, eleva a 15 o 16 días un trayecto que se haría en ocho o nueve, lo que conlleva un duro incremento de costes, con el contenedor de 40 pies, la medida estándar del sector, pasando de un precio de 1.500 euros a principios de noviembre a alcanzar los 6.000 en apenas dos meses.

Con todo, el potencial y la apuesta de Aragón por la logística le permite gozar de una ventaja competitiva, como ha detallado el presidente del clúster ALIA, Eduardo Corella. “Tenemos terminales, JCV, ferrocarril, un aeropuerto muy competitivo, transporte por carretera y una aduana envidiable y muy colaborativa. Es una oportunidad para poner en valor la apuesta de Aragón por la logística”, ha señalado.

Porque, ante una crisis mundial como esta, el sector únicamente debe adaptarse y sobreponerse a los incrementos del tiempo y coste de los transportes, tanto para importación como exportación. “Se va a generar un nuevo cuello de botella en los puertos chinos, pero no es fácil encontrar alternativas, aunque se hable del tren, camión o avión. Ninguno tiene la capacidad que tienen los barcos y el transporte marítimo”, ha remarcado.

Asimismo, las consecuencias llegarán a corto, medio y largo plazo en multitud de sectores, como la automoción y la producción de coche eléctrico, o la alfalfa, que requiere “mucho equipo y a un precio muy ajustado” en un momento de “coste elevado y dificultad para encontrar equipos”. “Lo único que podemos hacer es adaptarnos a las circunstancias”, ha expuesto Corella, que también ha advertido del incremento de costes de seguros ante la inseguridad de los trayectos por el mar Rojo.

Récord de exportaciones en 2023 y optimismo para 2024

El presidente de ALIA ha realizado estas declaraciones a los medios tras participar en la Comisión de Internacionalización de CEOE Aragón, que ha analizado, entre otras cuestiones, el buen rumbo de las exportaciones, con un 2023 que se asoma al récord a falta de los datos de cierre de noviembre. En 11 meses, las ventas de empresas aragonesas en el extranjero ya alcanzan los 17.320 millones de euros, superando en 600 millones las de todo 2022.

Para 2024, desde la patronal mantienen un “moderado optimismo”, con circunstancias “complicadas” e incertidumbre permanente a nivel global, como es prácticamente una constante desde hace cinco años. “La exportación es generación de riqueza y puestos de trabajo y una forma de salida de las empresas, que tienen la cesta puesta en diversos mercados, y eso hace que se puedan solventar problemas en diferentes zonas”, ha reseñado el director gerente de Aragón Exterior (AREX), José Antonio Vicente.

Y ante problemas en los flujos logísticos, el foco se suele poner sobre la relocalización de industrias que en su día se fueron a Asia en busca de costes más baratos, una cuestión que, como reconocen, es complicada de revertir sin una detallada planificación a largo plazo. “Una empresa es soberana y toma sus decisiones. La crisis actual es temporal y afecta en los costes y plazos más a las empresas, pero no a una rotura de la cadena de suministro. En los últimos años siempre ha habido afecciones geopolíticas o sanitarias y siempre se han buscado soluciones”, ha añadido Vicente.