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CULTURA

Festivales de música: de los que generan millones de euros a los pequeños que vertebran el medio rural

El festival Vive Latino dejó en la ciudad de Zaragoza 3,8 millones de euros en su primera edición, por contra, los festivales rurales aspiran a dar visibilidad a los municipios

TERESA P. ALBERO /
Imagen de archivo del festival Vive Latino de 2022. / Vive Latino
icono foto Imagen de archivo del festival Vive Latino de 2022. / Vive Latino

El verano es sinónimo de festivales de música. En Aragón hay decenas de eventos musicales de lo más variado, y no solo por los grupos que actúan, sino por las localidades en los que se celebran y el impacto que dejan en el territorio. Los hay grandes, como el Vive Latino en Zaragoza, que en su primera edición el pasado año congregó a 33.736 personas y generó un impacto económico de 3,8 millones de euros. Unas cifras muy distintas de las que barajan otras citas musicales, como el Bosque Sonoro o el Brizna Festival, que se celebran en municipios de menos de mil habitantes.

Detrás de esos pequeños festivales está OCRE, una organización de profesionales y entidades culturales que buscan apoyar y desarrollar proyectos artísticos en el entorno rural, de una manera sostenible, igualitaria y ecológica. Víctor Domínguez forma parte de la dirección y entre sus principios destaca el respeto por el entorno, a la hora de organizar un evento: "Queremos que el impacto sea coherente con el lugar donde se desarrolla. Nuestro objetivo no es lograr grandes cifras, sino un impacto realista en lo social y económico, que sea viable para el lugar".

Con esas premisas en mente, se encargan de la celebración de citas que ayudan a vertebrar el medio rural, dar a conocer localidades y proporcionar un futuro a los pequeños negocios que ven en los eventos musicales un revulsivo económico. "Los negocios de los pueblos se ven reforzados con la llegada de turistas, de vecinos que acuden, y lo notan. También da visibilidad al pueblo y hace que la gente que solo va en verano o algún fin de semana, se reenganche con sus raíces", señala Domínguez. 

Bosque Sonoro. / HAIKUCOMUNICACIÓN

Aunque la duración de los festivales no suele exceder de los dos días, OCRE apuesta por desarrollar actividades relacionadas todo el año para generar mircoimpactos. Lo hacen con la realización de talleres, charlas o encuentros. Además, desde hace poco, están formando a jóvenes y vecinos de los municipios en los que se celebran los festivales para que ellos mismos los gestionen y organicen. "Se trata de que sean autónomos y de que puedan celebrar esas actividades paralelas a lo largo del año".

En Mozota, la organización trabaja ya con unas 30 personas. "La idea es que luego ellos vayan a otras localidades y les enseñen también", apunta Víctor Domínguez, que ya tiene la vista puesta en ampliar el radio de acción de la organización a otras comunidades y generar sinergias entre citas musicales para darse a conocer unas y otras. 

Vive Latino: referente para los hispanos en Europa

Además de los pequeños eventos, en Aragón también existen grandes citas musicales de renombre y con una gran historia como Pirineos Sur, que el año pasado sumó 45.000 espectadores y supuso un impacto de 7,2 millones de euros para el valle de Tena. No es el único, con una sola edición, y camino de la segunda en septiembre, el Vive Latino se está posicionado como una de las citas de referencia en el panorama musical de Zaragoza. 

"Es algo que no se había hecho antes en la ciudad, es pionero y ese es su atractivo. Además, el que se ponga en uso la instalación del recinto de la Expo de 2008, es un punto más", subraya Alba Moliner, asistente de dirección del festival. 

En 2022, la cita atrajo a 33.736 personas y generó un impacto económico de 3,8 millones de euros, según estimó el Ayuntamiento. Se trata de un gran evento musical, que este año aspira a mejorar las cifras de su primera edición. 

"Hemos ampliado la zona de la plaza principal para que pueda venir más gente. Esperamos unas 22.000 personas cada día", mantiene Moliner, que recuerda que el pasado año el 32% del público procedía de fuera de la ciudad. De hecho, hubo asistentes de 40 países

A las cifras de visitantes hay que sumar el empleo que deja en el entorno. "Queremos que la mayoría de las cosas se hagan con agentes locales. La gastronomía que ofrecemos, por ejemplo, es mayoritariamente de la ciudad, al igual que los trabajos auxiliares, los proveedores o los diseñadores", asegura.