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PATRIMONIO

El puente de Anzánigo y las alfombras procesionales de Tamarite y Daroca, últimos bienes declarados de interés cultural

Aragón cuenta con 1.766 BIC, entre los que hay bienes muebles, inmuebles e inmateriales

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto El puente de Anzánigo ya es un Bien de Interés Cultural

El puente de Anzánigo, junto a las alfombras procesionales de Tamarite ó Daroca, son las últimas incorporaciones a los 1.766 Bienes de Interés Cultural (BIC) que existen en Aragón. El puente se ha registrado en la categoría de bienes inmuebles, que incluye edificios, monumentos, espacios naturales, arqueológicos y rupestres, y de los que hay 1.660 registros. Las alfombras procesionlaes pertencen a otra categoría, la de bienes imateriales, que ecomparte con la jota o las navatas. En este apartado, mucho menos numeroso, sólo hay 15 catalogaciones.

Y existe, además, una tercera c ategoría que es de los bienes muebles. Hay 91 catalogados; entre otros, el acta notarial del Compromiso de Caspe ó los órganos de iglesia repartidos por la Comunidad

"Como concepto jurídico, el objetivo de esta figura es proteger, explica José Antonio Andrés, jefe de Servicio de Prevención e Investigación del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Pero también es verdad, añade, que la finalidad ha cambiado con los años. "No es igual la protección que se hacía a finales del siglo XIX. Ahora, más que una protección como tal, lo que se pretende es una tutela", señala. Es decir, un control sobre las actuaciones que se hagan en ese bien o su entorno.

En el centro de Zaragoza, por ejemplo, los BIC se multiplican: el Mercado Central destacó en su día por la gran variedad de materiales empleados en su construcción. Y entre lo importante también, saber que se protege tanto lo que vemos en la superficie como todo lo que pueda encontrarse bajo tierra.

Estos nombramientos tienen una incidencia directa en el turismo. "Cuando un bien es declarado surge sobre él ese atractivo para el visitante y, sobre todo, algo muy importante, que últimamente se está teniendo más en cuenta a la hora de diagnosticar el Patrimonio Cultural, es que la sociedad necesita de elementos que la identifiquen", reconoce José Antonio Andrés.