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UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

El nuevo reglamento para la donación de cadáveres a la ciencia será más transparente

La institución universitaria se hace cargo del protocolo de donación para mejorar también la calidad y la trazabilidad del proceso

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una de las clases donde aprenden con los cuerpos donados a la Universidad de Zaragoza.

La Universidad de Zaragoza ha aprobado en el Consejo de Gobierno el nuevo reglamento del Servicio de Donación de Cuerpos y Salas de Disección, que deja de pertenecer a la facultad de Medicina para extender la cobertura a otros centros y pretende dar mayor visibilidad a la promoción de donación de cadáveres y mejorar la calidad, la transparencia y la trazabilidad del proceso. Esta actualización del protocolo ha coincidido en la misma semana en la que la Policía Nacional ha desarticulado una red criminal que vendía cadáveres a 1.200 euros a universidades privadas de Valencia. Desde la Universidad de Zaragoza han remarcado que aquí el proceso es totalmente altruista.

Así lo ha expresado esta mañana durante una atención a medios el decano de la Facultad de Medicina, Javier Lanuza, quien ha señalado que el reglamento contará ahora con un “mayor respaldo” y unos criterios de calidad “más estrictos”. “Se gana mucho en transparencia porque ya no depende de sus profesores y de una facultad, sino de toda una universidad con su comité científico y su comisión de usuarios. Esto va a llevar a un mejor funcionamiento y gestión”, ha indicado.

Los cuerpos donados de manera efectiva a la Facultad de Medicina en los últimos años han sido 15, aunque “alguno puede no llegar a utilizarse por sus características”, ha explicado Lanuza. En este sentido, el decano ha compartido que, cada año, son unos 11 o 12 cuerpos los que llegan, de los que cuatro o cinco se usan para el trabajo diario de la facultad, uno o dos se van a Huesca para el grado en Ciencias de la Salud y del Deporte, y los demás van dirigidos a la docencia de posgrado, residentes y especialistas que necesitan aprender y practicar técnicas quirúrgicas.

De este modo, Lanuza ha reconocido que para la docencia de grado “no haría falta un mayor número de cuerpos”, pero, sin embargo, ha considerado que para la docencia de posgrado “las necesidades cada vez serán mayores”. Desde la Universidad calculan que las necesidades de los grados de Medicina son de unos cinco cuerpos al año, mientras los cursos de posgrado podrían llegar a necesitar hasta 12.

En cuanto al procedimiento y protocolo de donación, la persona interesada en donar su cuerpo a la ciencia, docencia e investigación “lo tiene que expresar voluntariamente y por escrito ante la propia facultad y trasmitirlo a sus familiares para que se pueda materializar”. Una vez que se fallece, si la persona cumple las condiciones y los familiares lo deciden así, se lleva a cabo la donación.

No todas las personas pueden donar su cuerpo a la ciencia y hay excepciones. Por ejemplo, no son válidos los cadáveres de personas que han padecido enfermedades infectocontagiosas, se han sometido a una cirugía mayor o han fallecido en determinadas circunstancias, como accidentes de tráfico.

Respecto a la venta ilegal de cuerpos, el decano ha asegurado que “esto es diferente”, ya que se trata de un proceso como la donación de sangre o de órganos, que son “completamente altruistas”. “Aquí nadie tiene que salir beneficiado económicamente en ninguno de los aspectos, ni de las propias funerarias ni de las facultades”, ha remarcado.

Además, Lanuza ha dicho que sería “deseable” hacer un protocolo autonómico o estatal, como el del banco de sangre y tejidos o una legislación, porque “sería más eficaz a la hora de dar a conocer cómo funciona”. “No sería descabellado hacer una campaña de concienciación”, ha agregado.