Adiós al teléfono móvil: en tres años los asistentes con IA podrían imponerse a los 'smartphones'

El teléfono móvil, tal y como lo conocemos, tiene los días contados, concretamente tres años. O al menos eso es lo que aseguran los gurús tecnológicos tras la salida al mercado de nuevos asistentes personales basados en inteligencia artificial (IA). Es el caso del Rabbit R1 o el Ai Pin de Humane. "En poco tiempo será algo generalizado. Si funciona, en breve empezarán a apostar por esta tecnología las grandes empresas, como Samsung, por ejemplo", señala Rafael del Hoyo, director del Departamento de Inteligencia Artificial de Itainnova. "En poco tiempo será algo muy común en muchos sectores", avanza Del Hoyo tras diez años investigando y trabajando con estas tecnologías. 

En sus recientes presentaciones, las empresas que están detrás de los dos nuevos asistentes han mostrado como la voz va a sustituir a las manos a la hora de utilizar estas herramientas. Con comandos tan simples como establecer una conversación, los asistentes gestionan reservas en restaurantes que saben que pueden gustarle a cada persona, leen 'emails' y seleccionan los más importantes, buscan datos concretos entre las conversaciones de WhatsApp o redactan textos complejos. Son un avance tecnológico en fase de prueba, que promete llegar al grueso de la sociedad en menos de un lustro. 

Aunque pueda sonar a un futuro distópico, como ya ha avanzado en varias ocasiones la serie 'Black Mirror' o la premiada película 'Her', la realidad es que la IA ya está a la orden del día. "Con el móvil interactúas con muchas aplicaciones, una para cada cosa. Con los asistentes haces lo mismo, pero lo gestionas todo con tu voz y sin necesidad de tocarlo o abrir cada app. No necesitas una pantalla, ni un ratón, solo tu voz", apunta el experto. 

Asistentes de Ai Pin y Rabbit R1.

Parece lejano, pero estas herramientas son la siguiente generación, mejorada, de los asistentes que desde hace años están en muchos hogares, como Google Nest o Alexa. Solo con la voz entienden peticiones, como reproducir una canción, buscar una receta o leer las noticias más importantes del día. 

El principal escollo al que se enfrentan estas nuevas tecnologías es el de la rapidez en el procesamiento de la información. "Esa rapidez depende del avance tecnológico. Con el tiempo, ampliarán la capacidad de computación y los modelos estarán más maduros. Eso hará que se mejoren y aceleren los procesos", resalta Rafael del Hoyo. 

Otro problema con el que se encuentran ya inteligencias artificiales como ChatGPT (OpenAI) son las normas de protección de datos o el derecho a la intimidad, muy regulados en la Unión Europea. "Ya tienen demandas, como las del New York Times, por utilizar su información para su beneficio. Será algo que irá en aumento", asegura Antonio Miguel, investigador en el I3A. 

"Estos elementos tienen micrófono y cámara, lo que permite que graben en todo momento. Eso es peligroso de cara a la seguridad e intimidad de las personas", sugiere Miguel. Con todo, recuerda que estos asistentes son útiles: "Son la puerta de entrada a la inteligencia artificial, como en su momento lo fueron los móviles para las nuevas tecnologías". 

Su pronóstico es que Rabbit o Ai Pin supondrán una revolución para los 'early adopters' -grupos sociales con gran facilidad de adaptación a las novedades tecnológicas-, pero que tardarán algo más en llegar a la gran masa social. "Es un acceso natural porque usa la voz, pero supone un muro para los jóvenes, que están acostumbrados a responder mensajes de forma inmediata, por ejemplo, y que con esta IA la rapidez todavía no está garantizada. Lo mismo ocurre con los sectores más mayores de la sociedad. Sin embargo, puede ser una buena herramienta para el tramo central de la población", subraya. 

De ese modo, tareas como leer y contestar 'emails', elegir y comprar un regalo en Amazon o mantenerse al día de las noticias puede ser tan sencillo como utilizar un comando de voz y escuchar mientras paseas por el parque sin que una pantalla nuble la vista.