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MÚSICA

El ‘Eurovisión de la inteligencia artificial’ reivindica la música creada entre humanos y ‘máquinas’

10 canciones de todo el mundo cocreadas por profesionales de varias disciplinas y por IA compiten este sábado en A Coruña en el AI Song Contest, un evento en el que varios aragoneses llegaron hasta la semifinal en 2022

MIGUEL ÁNGEL MUR /
icono foto Imagen promocional del IA Song Contest

La inteligencia artificial puede ser un aliado o una amenaza según la utilización y el desarrollo que se haga de ella, y la música no ha escapado desde hace tiempo a este desafío. Precisamente, el objetivo del AI Song Contest, el 'Eurovisión de la Inteligencia Artificial' que se celebra este sábado en A Coruña, es promocionar un uso ético de la IA y una adecuada convivencia entre los humanos y esta tecnología dentro del sector musical. El año pasado, varios aragoneses llegaron hasta la semifinal en esta competición internacional. 

El concurso nació en 2020 inspirado por el festival de Eurovisión y se ha convertido en un evento internacional en el que diferentes equipos crean una canción inédita con la IA como socio creativo, y nunca como un actor principal que sustituya a las personas. El ganador se obtiene entre el voto del público y de un jurado de más de 30 profesionales de la industria musical, que no solo juzgan la calidad de la obra, sino también la innovación en la interacción entre los profesionales y la inteligencia artificial.

Junto a un congreso, este año se celebra por primera vez una gala presencial en A Coruña con 10 temas de diferentes estilos y países. Hay propuestas experimentales y otras más comerciales. Entre los equipos destacados se encuentran los de Reino Unido, Países Bajos, India o el anfitrión, el gallego.

No hay limitaciones de lenguas y estilos, pero la organización exige que la IA se utilice de forma ética, responsable y transparente en todos los pasos: letra, melodía, armonía, instrumentación, voz y vídeo. De hecho, cada candidatura tiene que presentar un informe técnico en el que explique el proceso y los sistemas utilizados. De esta forma, el festival promueve el diálogo entre los creadores y los algoritmos, enriqueciendo la composición y llegando a sonidos nunca antes oídos.

“Podemos mirar de espaldas a la inteligencia artificial, pero creemos que es un error. Nosotros apostamos por tratarla de una forma social con las personas siempre en el centro de la creación y, por eso, el humano es el que decide y supervisa todo el proceso que realiza la ‘máquina’. Esto no es darle a un botón y obtener la canción, es un trabajo de meses”, afirma Joel Cava, productor ejecutivo del evento.

‘Resucitan’ la voz de la cantante Ana Kiro

Una de las candidaturas destacadas tiene su origen en Galicia y está formada por un equipo multidisciplinar de investigación de 12 artistas, compositores, ingenieros, músicos y tecnólogos. Compiten bajo el nombre de PAMP!, en un proyecto que mezcla la tradición gallega con la innovación. Su tema se titula ‘Florespiña’ y la destacada protagonista es la cantante gallega Ana Kiro, que falleció hace trece años. Aquí se retrata su trayectoria a través de un hilo argumental que gira alrededor del ‘toxo’, una planta resistente que crece en tierras desoladas, simbolizando el fuerte poder de los gallegos.

Para la composición, fijaron unas líneas previas: primero, crear una música festiva y popular que mezclara lo tradicional con estilos actuales y, segundo, traer de vuelta a la modernidad a la artista, sin recrear de forma purista el trabajo que ella realizó en el pasado. Con esa base, consiguieron el permiso de la familia para trabajar con la voz de la gallega y recopilaron una gran documentación visual y sonora de sus actuaciones en directo y de los programas de televisión que presentó. A continuación, filtraron y limpiaron ese material y volcaron los datos a la ‘máquina’, que, a través de una serie de parámetros, consiguió interpretar el tono, el timbre y la sonoridad de Ana Kiro. 

“Me cuestioné profesionalmente a mí misma por participar en este proyecto, pero no estábamos reemplazando a nadie. Yo defiendo los usos de la inteligencia artificial, sobre todo, cuando nos proporcionan posibilidades y recursos que no podrían darse de otra manera, y, en el caso de una transferencia tímbrica como esta, hubiese sido imposible hacerla de una forma humana, necesitábamos la ayuda del ente artificial”, sentencia Sofía Oriana Infante, quien ha formado parte de la candidatura.

Una vez que decidieron ‘resucitar’ a la artista, entrenaron al modelo de lenguaje GPT-J-6B para que aprendiera gallego a través de Volai-Vai, un base de datos con 400 piezas musicales tradicionales de la región, y de ahí surgieron las estrofas de la canción. La melodía se obtuvo a través de Google Magenta, que generó diferentes variaciones rítmicas de ‘Viva Galicia’, uno de los temas más populares de la artista. Por último, para generar el videoclip utilizaron como principal herramienta Midjourney.

Imagen creada con IA de Ana Kiro.

En todo este proceso, la tecnología creó una serie de ideas o borradores que los profesionales del equipo decidieron usar o descartar y que fueron adaptando, corrigiendo y modificando según sus propios criterios, es decir, utilizaron un modelo de composición mixto, en el que la inteligencia artificial fue una herramienta compositiva más y no decidió el 100% del resultado. De hecho, ellos adaptaron palabras para que rimasen y se adecuaran mejor a la melodía, introdujeron su gusto estético en la música resultante y corrigieron ciertas afinaciones.

Un equipo de aragoneses

El año pasado alcanzó la semifinal en este festival un equipo formado por aragoneses bajo el nombre de AIBeatz, un proyecto que han desarrollado desde 2020 también con la colaboración de la Universidad de Zaragoza y miembros de la escuela audiovisual zaragozana Sontic. Esta plataforma de cocreación musical utiliza la inteligencia artificial para ofrecer piezas a personas que no tienen la suficiente capacidad de composición sonora, a productores que quieren optimizar el proceso, a vocalistas y a creadores de contenidos digitales. 

AIBEATZ abarca diferentes estilos de música actuales.

Inicialmente, los usuarios eligen un género de música y una emoción humana, y la herramienta realiza una primera recomendación bajo unos elementos percusivos básicos, una melodía y un bajo. A partir de ahí, la persona puede modificar instrumentos y aplicar efectos y, de esta forma, se involucra en el proceso. La herramienta tiene una base de datos propia que se incrementa constantemente con archivos musicales realizados manualmente por humanos y otros hechos por sus propios algoritmos.

“Nosotros no queremos sustituir a un músico, lo que queremos es que alguien que no sepa música sea capaz de hacerla de forma independiente y que aquellos que saben hacerla tengan una plataforma que les ayude a ser más efectivos y más eficientes. Les ahorramos tiempo a través de una interacción simple y continua entre las personas y la IA”, explica Adrián Ligüerre, CEO y cofundador de AIBeatz.

Hasta la actualidad, 12.000 clientes de AIBeatz ya han podido originar más de 52.000 creaciones musicales diferentes entre sí y únicas.