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CONSUMO

El 'boom' de los supermercados fantasma: compras a golpe de clic y entregas en 10 minutos

El primero llegó a Zaragoza en diciembre de 2021 y desde entonces se han abierto cuatro locales más. Son almacenes a los que el público no tiene acceso y que prometen un servicio ultrarrápido

L.SAAVEDRA /
Un carro de la compra en un pasillo de supermercado. / EFE
icono foto Un carro de la compra en un pasillo de supermercado. / EFE

Un clic y tu compra estará en casa en unos 10 minutos. Un servicio ultrarrápido que es la seña de identidad y la clave del éxito de los conocidos como supermercados fantasma. Se trata de unas tiendas de alimentación que basan su negocio en las compras 'online'. El usuario descarga una aplicación gratuita y accede a la tienda virtual, una vez allí escoge los productos que quiere comprar y realiza el pago. Este pedido se recibe en una tienda física, a la que solo tienen acceso los empleados, que preparan la compra y la entregan a los repartidores. De ahí el concepto de supermercado fantasma, ya que el local existe, pero los clientes no pueden pasear los carros de la compra por sus pasillos, su uso es exclusivo para los trabajadores. 

El negocio de este tipo de supermercados crece en todo el mundo y mueve miles de millones al año, algo a lo que Aragón no es ajeno. El primer supermercado fantasma de la Comunidad abrió sus puertas en Zaragoza en diciembre de 2021. Desde entonces, y en solo cuatro meses, otros cuatro establecimientos de la marca Getir se han sumado a esta oferta. Recientemente se ha inaugurado el quinto supermercado fantasma con sello aragonés en el barrio de Las Fuentes. Entre los productos más demandados están la fruta, las verduras o los lácteos, aseguran desde la empresa.

Más de 2.000 referencias, cinco tiendas y 200 empleados representan las cifras de esta marca en la Comunidad. Una empresa que nació en Estambul (Turquía) en 2015 y que en solo siete años de trayectoria ha logrado tener presencia en tres continentes y posicionar sus tiendas en 130 ciudades. Este servicio de compra ultrarrápida se ha convertido en todo un reclamo en ciudades como Madrid y Barcelona, donde los frenéticos ritmos de vida y el gran tamaño de las urbes hacen que los hábitos de consumo favorezcan a estos negocios. En el caso de Zaragoza, su reciente desembarco representa para la marca "un mercado en crecimiento, tanto cualitativo como cuantitativo". "Ahora mismo es una de las ciudades más dinámicas de España, con un gran potencial para el servicio de proximidad y calidad que ofrecemos", destacan desde Getir. 

Un ritmo de vida en el que cada minuto cuenta

Desde la compañía aseguran que su volumen de negocio se debe al valor que sus usuarios le dan al tiempo. "Solemos entregar en una media de 10 minutos porque el tiempo es muy importante para nosotros y lo es todavía más para nuestros clientes", señala Hunab Moreno, director general de Getir en España.

"Las ventajas principales son la rapidez de entrega y que puedes pedir cosas que pesan más y así no tienes que cargar con ellas porque te las traen a la puerta de casa", apunta Carmen Barca, una usuaria de estos supermercados fantasma a los que conoció por otros usuarios. "Fueron unos amigos los que me hablaron de la aplicación. Me la descargué y en los primeros pedidos me daban además varios descuentos. Empecé así y sigo con ella". Por otra parte, Barca también destaca algunos inconvenientes: "Hay productos que faltan que se van añadiendo poco a poco. Y en cuanto a carne o pescado, por ejemplo, sí que es bastante limitado", por lo que confiesa también que la "compra grande" la hace en un supermercado "de manera presencial" y esta aplicación la usa "como complemento".

Para esta treintañera, empresas como Getir podrían significar el futuro. "Ahora todo es más rápido. En vez de ir a comprar un libro o un ordenador a una tienda muchas veces lo compramos en Amazon y al día siguiente lo tenemos en casa y creo que puede pasar lo mismo con la alimentación, en este caso además, en cuestión de minutos", argumenta Carmen Barca.


Almacén de un supermercado fantasma en Zaragoza.

Cada vez es más frecuente ver en la ciudad a repartidores en moto o bicicletas eléctricas ataviados con la ropa corporativa, morada y amarilla, de esta marca. Los tiempos cambian, como dirían nuestros mayores. Con ellos también lo hacen los hábitos de consumo y es entonces cuando hasta las acciones más tradicionales pueden verse relegadas. Algo que ahora nos resulta tan cotidiano como empujar el carrito de la compra por el pasillo del supermercado, puede que para las generaciones futuras ya no lo sea.