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CUMBRE DEL CLIMA

"El acuerdo de la COP28 es histórico, pero se queda corto en ambiciones"

Fernando Valladares, profesor e investigador del CSIC, pone en valor el acuerdo alcanzado en la cumbre climática, pero afea que no existan sanciones y que "la pelota queda totalmente en el tejado de cada país"

ALEJANDRO LÓPEZ /
El presidente de la COP28 y ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los EAU, Sultán Ahmed Al Jaber, interviene en la sesión plenaria de la Conferencia en Dubai. EFE/EPA/Martín Divisek
icono foto El presidente de la COP28 y ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los EAU, Sultán Ahmed Al Jaber, interviene en la sesión plenaria de la Conferencia en Dubai. EFE/EPA/Martín Divisek

Evitar los peores efectos del cambio climático es la base sobre la que se celebra cada año la cumbre del clima. La COP28 de 2023 deja un documento sobre los combustibles fósiles. Un acuerdo que marca un punto de inflexión, pero insuficiente a ojos de los expertos. Una visión que comparte el profesor e investigador del CSIC Fernando Valladares. "Es histórico, pero se queda corto en ambiciones", ha comentado este viernes durante una entrevista en el programa Buenos Días, de Aragón TV.

Un acuerdo sin sanciones y con manga ancha

Todo lo que tiene que ver con el gas, el petróleo y el carbón es histórticamente en lo que más ha costado alcanzar acuerdos en las cumbres climáticas. Esta es la primera vez en que, de forma explícita, se apunta al petróleo en la COP28. Un hito que tiene más valor si se tiene en cuenta que el encuentro se ha celebrado en un país que exporta este tipo de combustible, Emiratos Árabes.

"Las emisiones se amparaban de forma vaga en distintas estrategias y dejaban mucho margen para que los países implementaran esos acuerdos", recuerda Valladares. El investigador cree que el peligro de lo firmado en Dubái es que deja el peso de las acciones a la libre decisión de cada país. "Ahora las palabras siguen siendo vagas, no hay acuerdos vinculantes ni tampoco sanciones para quienes incumplan", apunta.

Sobre la mesa, el compromiso es generalizado. "Estados Unidos ha venido con los deberes hechos, la Unión Europea ha vuelto a consolidarse como un líder y un ejemplo a seguir", repasa Valladares, que pone el ojo en países como "China, Brasil o Rusia, que siguen sin aclarar sus planes". Aún queda mucho por hacer, pero "este es el camino para consolidarse", concluye.

"Recivilizarnos para lo que está por venir"

Otro de los matices que aporta el divulgador científico es el relacionado con el calendario de ejecución que se ha marcado para estas actuaciones. "No será hasta 2025 cuando se revisará el desarrollo de cada país con los cambios que se han firmado", dice. "Se peca de poner objetivos a largo plazo, a futuro, con medidas tangibles, cuando para otras cuestiones nos marcamos ser más cortoplacistas", critica Valladares. 

En este tiempo, la pelota no solamente está en el tejado de los países como instituciones, sino como sociedades: "Hay que ponerlo todo patas arriba y 'recivilizarnos' para prepararnos para lo que está por venir". El científico se refiere al aspecto del cambio climático que va más allá de cuestiones como el calentamiento global, y es su impacto en el día a día de las personas y sus hábitos. 

Conseguir que el acuerdo se cumpla "requiere no solo de soluciones tecnológicas, sino también voluntad ciudadana y del sector privado", comenta. "Requiere cierta valentía para huir de lo que estamos acostumbrados a hacer, y esas son las decisiones que vienen a complicar mucho las estrategias que los científicos puedan llevar a cabo", cierra Valladares.