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NUEVAS TECNOLOGÍAS

El 94,8% de los adolescentes aragoneses dispone de un 'smartphone': las claves para su buen uso

La edad media a la que los menores acceden a su primer dispositivo es antes de los 11 años. El control parental y la comunicación son indispensables para evitar riesgos

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El 94,8% de los adolescentes aragoneses dispone de un 'smartphone'./ CANVA
icono foto El 94,8% de los adolescentes aragoneses dispone de un 'smartphone'./ CANVA

Mucho se ha debatido en los últimos años acerca del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en menores. A diferencia de las generaciones anteriores, los niños y adolescentes actuales han nacido en la era digital y la realidad es que el 94,8% de los adolescentes aragoneses dispone de móvil con conexión a internet y la edad media a la que reciben su primer 'smartphone' es a los 10,83 años. Así lo muestra el estudio 'Impacto de la tecnología en la adolescencia', elaborado por Unicef. La entidad, además, ha redactado una guía para que los padres ayuden a sus hijos a hacer un buen uso del móvil

Concretar las normas de uso antes de recibir el dispositivo, aplicaciones de control parental y una buena comunicación son algunos de los puntos clave para que los pequeños hagan un buen uso del móvil, según los expertos.

Karina Tirado, responsable de la coordinación territorial de la organización de las Naciones Unidas para la infancia, señala que, según las conclusiones del estudio, la supervisión parental en Aragón es "baja". "Desde Unicef entendemos que la tecnología forma parte de la vida de los adolescentes. Por eso, recomendamos prepararnos para la llegada del móvil, generar un diálogo abierto para evitar riesgos como el acoso o el acceso a páginas de pornografía. Además, hay que cuidar los datos que el menor publica en redes sociales y hacer que las familias se interesen por el contenido de sus videojuegos", indica la experta.

Dicho trabajo de Unicef se realizó con la participación de 2.418 adolescentes aragoneses. "Hay un porcentaje importante que tiene acceso a contenido no adecuado. Muchos han sido víctimas de acoso o han aceptado a desconocidos en redes sociales", asegura Tirado. Y añade: "Hay que cuidar con quien habla el menor, estimular su sentido crítico, promover el deporte, la visita a espacios al aire libre y garantizar un espacio de desconexión". 

La psicóloga sanitaria Infantojuvenil y miembro del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (COPPA), Judit Jurado, coincide con Tirado: "Hay que sentarse con el niño o adolescente, pactar unas normas antes de darle el teléfono y hablar de cuáles van a ser las consecuencias de hacer un buen uso. Acordar cómo se usa, para qué, cuánto tiempo... ".   

Sin embargo, antes de que llegue este momento, Jurado recomienda que la familia se plantee varias cosas: "Siempre recomiendo a los padres sentarse y definir qué necesidades hay y qué dispositivo se puede ajustar sin consultarlo con el niño. Por ejemplo, si va a requerir comunicarse con sus padres (porque pasa tiempo solo en casa, o vuelve solo del cole u otras circunstancias) o si con una consola es suficiente. También hay que pensar en cómo son los hijos, qué nivel de madurez tienen y si hay buena comunicación como para que nos cuenten si les ocurre algún problema con el teléfono".

Otros de los puntos que recomienda la psicóloga es instalar aplicaciones de control parental en los dispositivos, para limitar el tiempo de uso o restringir determinados contenidos y que no sean ellos quienes paguen el teléfono"Los niños no deben comprarse el móvil, ni con su dinero ni como premio, porque se les está dando la potestad de que es su propiedad y no tenemos derecho a imponerles normas o límites". 

Por último, pero muy importante, resulta clave el ejemplo. "No se puede castigar al niño por pasar mucho tiempo con el teléfono y que luego el padre esté todo el día con él. O que no se le deje usar mientras se come, pero los padres lo tengan encima de la mesa". 

Según el estudio de Unicef, solo el 29,1% de los adolescentes afirman que sus progenitores les ponen normas sobre el uso de las tecnologías. El 24% de ellos indican que les limitan las horas de uso y el 13,2% que les restringen los contenidos a los que acceden. Además, un 25% de los encuestados aseveran tener discusiones en casa todas las semanas por el uso del móvil o las tecnologías. Sin embargo, el 36,8% asegura que, paradójicamente, sus padres acostumbran a utilizar el móvil en las comidas.