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PLANTILLA UNIVERSITARIA

Casi una cuarta parte de los profesores de la Universidad de Zaragoza se jubilará antes de 2030

Más de la mitad de los docentes universitarios tienen más de 50 años, mientras que solo el 14% está por debajo de los 40

ARAGÓN NOTICIAS /
La mayoría de los profesores de la Universidad de Zaragoza tiene entre 51 y 60 años. / Canva
icono foto La mayoría de los profesores de la Universidad de Zaragoza tiene entre 51 y 60 años. / Canva

El 16,6% de los profesores de la Universidad de Zaragoza tiene más de 60 años y el 40% tiene una edad media de entre 51 y 60 años. Lo que significa que la mitad de la plantilla que ahora está en activo, dejará de estarlo en un máximo de 15 años. Eso implica que en los próximos siete, casi la cuarta parte de los docentes dejarán su puesto, de acuerdo a la edad media de jubilación (65 años). Estas cifras, que ofrece el campus público, reflejan el envejecimiento del personal. Un escenario que abre las puertas de la vida universitaria a nuevas generaciones de maestros.

Es el caso de Javier Esteban, que a sus 31 años ha conseguido un contrato de Profesor Ayudante Doctor en Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de Zaragoza. Su edad no es la más habitual entre el cuerpo docente de la Universidad de Zaragoza, de hecho, solo el 13,9% de los profesores tienen entre 31 y 40 años

"Conozco a más compañeros de mi generación. No somos el grupo más numeroso, pero, poco a poco, hemos ido creciendo en número", indica Esteban. Una realidad que responde a las estrategias de renovación de plantillas que está llevando a cabo la institución.

Más de una cuarta parte del personal tiene entre 41 y 50 años

Ante las jubilaciones que se esperan a corto y medio plazo, los profesores que ahora ocupan contratos temporales ven una oportunidad de futuro. "La plantilla de la Universidad, tanto docente como administrativa, cuenta con una edad elevada", confirma el educador, aunque asegura que eso tiene una parte positiva para nuevos docentes como él: "Que la edad media sea elevada nos permite aprovechar la experiencia de los más mayores, que cuentan con grandes conocimientos, lo que incrementa la calidad de la formación". 

Con todo, el joven apuesta por encontrar el equilibrio entre profesores experimentados y noveles. "Esta profesión requiere de un periodo de formación prolongado para adquirir todas las habilidades y conocimientos necesarios. Por eso, lo bueno es que coexistan los de más edad y los más jóvenes para formarse y poder dar el relevo", explica el Doctor en Derecho Administrativo.

El 27,4% del personal docente e investigador de la Universidad de Zaragoza tiene entre 41 y 50 años, esto supone más de una cuarta parte. Ese grupo sirve como nexo entre unas y otras generaciones, dando espacio y tiempo a las facultades para captar a nuevos profesores de forma progresiva. Algo necesario dada la complejidad y dilatación en el tiempo que supone la carrera educativa. "Es un camino largo y muy exigente. Requiere armarse de paciencia", recalca Esteban.

Una opinión que comparte también Rebeca Herrero,  profesora ayudante Doctor de Derecho Mercantil, en la Facultad de Economía, en el campus de la capital aragonesa. Para ella, optar por la docencia implica, en muchas ocasiones, postergar su vida personal. "Es un trabajo vocacional. Solo nos compensa esto a los que verdaderamente disfrutamos estudiando y compartiendo con los alumnos el conocimiento", mantiene. 

Pocas vocaciones entre los estudiantes

Captar y retener talento entre los doctorandos como ella es una de las tareas en las que se está centrando la universidad zaragozana. Los últimos datos publicados por la institución en diciembre de 2022 reflejan que el 72,6% del personal está en posesión del título de Doctor, 2.635 personas. 

Herrero estudió la doble licenciatura de Derecho y Administración de Empresas, aunque nunca se planteó ser educadora, rechazando incluso becas de colaboración con la propia Universidad. Una visión que cambió al entrar en contacto con el mundo laboral y darse cuenta de que sus gustos iban enfocados a la docencia. "Tuve suerte y pude entrar como profesora asociada, lo que me facilitó enamorarme de la profesión", recuerda.

La mayoría de sus compañeros tienen edades comprendidas entre los 50 y los 60 años, lo que supone que el número de profesores jóvenes sea reducido. "Somos minoría, pero en unos 10 años se irá generando un hueco", calcula. Con todo, agradece tener contacto con los pocos docentes que hay de su quinta: "Tengo bastante contacto con unos cuatro o cinco compañeros. Es una suerte porque podemos echarnos una mano en temas burocráticos al estar en puntos similares en nuestra vida académica". 

Respecto al futuro de la profesión, y a pesar de que los datos apuntan a que pronto habrá un número importante de vacantes, ambos doctores ven poca vocación entre los estudiantes. "La mayoría de los que piensan en trabajar en el sector público se plantean otro tipo de trabajos, especialmente opositar, ya que es la forma más segura de obtener un trabajo estable y más rápido que en la universidad", apunta Rebeca Herrero.