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MEDIO AMBIENTE

El 11% de la población española sufre ecoansiedad de manera severa

Casi la mitad de los españoles sufre este problema de forma leve a causa del cambio climático. Las últimas investigaciones que se están realizando apuntan que las mujeres tienen tres veces más ecoansiedad intensa que los hombres

ROCÍO MARÍN /
La ecoansiedad afecta a casi la mitad de la población. Es una tendencia al alza en la sociedad. / Pixabay.
icono foto La ecoansiedad afecta a casi la mitad de la población. Es una tendencia al alza en la sociedad. / Pixabay.

En 2021, la Fundación del Español Urgente (Fundéu) propuso 'ecoansiedad' como candidata a ser la palabra del año. No ganó, en su lugar eligieron 'vacuna', pero desde ese momento este término se ha popularizado cada vez más, llegando a eclipsar a otras palabras como 'solastalgia', utilizada con anterioridad cuando se hacía referencia al cambio climático. El significado de 'ecoansiedad' es el mismo: sentimiento profundo de tristeza que da ver cómo desaparece la naturaleza en la que has vivido. Según las últimas investigaciones realizadas por la asociación de Estudios Psicológicos y Sociales, el 11% de la población española la sufre de manera severa, es decir, crea un trastorno que impacta en su vida. 

"La palabra 'ecoansiedad' se ha extendido y ha generalizado su uso, realmente ha triunfado en la sociedad, pero no es el sentimiento, no refleja la profundidad del impacto que el cambio climático ha tenido realmente en la salud mental", subraya Javier Garcés, psicólogo y presidente de la asociación de Estudios Psicológicos y Sociales. El zaragozano, junto a investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y otras entidades, lleva estudiando cinco años el impacto que el cambio climático causa en las personas. "Las emociones que más se asocian son: tristeza, enfado, impotencia y desesperanza. Es curioso, porque nuestras últimas investigaciones apuntan a que las mujeres la sufren de manera severa tres veces más que los hombres", asegura Garcés.

Una preocupación en aumento 

El 97% de la población acepta que el cambio climático es una realidad. En organizaciones como Greenpeace han notado un incremento de consultas en el último año: "La ecoansiedad es algo que está en auge y que continuará así mientras exista el problema, porque siempre habrá preocupación por el cambio climático. Cuando salimos a la calle o incluso por las redes sociales, cada vez más gente nos pregunta cómo pueden actuar desde fuera. Hablando con compañeros de otras asociaciones confirmamos que hay más activistas", reconoce Sara Martínez, responsable de voluntariado en Greenpeace. 

Además de las organizaciones, también existen movimientos como Rebelión o Extinción (XR). "Es un tema cada vez más obvio. Mucha gente sabe que es un problema grave. Nosotros intentamos abrir espacios de expresión emocional, aunque no siempre se puede. En ellos la gente, por ejemplo, puede llorar ante otras personas, porque este tema genera esas emociones. Lo hacemos para que se sientan mejor consigo mismos", explica Carlos Buj, activista de XR en Zaragoza. "En Aragón, lo más importante que ha pasado recientemente en relación con la preocupación del cambio climático ha sido la movilización para exigir la protección de Canal Roya. Al final lo conseguimos parar, fue como un logro", puntualiza Buj.  

Posible solución 

Exteriorizar la preocupación por el medio ambiente o, incluso, realizar acciones que ayuden, en una mínima parte, a mejorarlo, podrían combatir la ecoansiedad. "En este momento, el impulso por pasar a la acción es mínimo. Por un lado, la gente está desesperanzada y sufriendo, y a la vez todo el mundo desearía hacer algo. Ese impulso está soterrado. La única solución que hay es el activismo, cuando la gente siente que está haciendo algo, la sensación de impotencia que produce este problema emocional desaparece", subraya el psicólogo Javier Garcés. 

"Desde la comunidad científica queremos que la lucha contra el cambio climático se comunique como un problema para el que se pueden hacer cosas. Hay que transformarlo de una emoción negativa a algo positivo. Se está intentando convencer al 3% de la población negacionista en lugar de centrarse en el resto de la población que sí que entiende que existe este problema. Hay que cambiar la dirección del mensaje, mostrar que se pueden hacer cosas. El mensaje tiene que hacer que se ponga en marcha el impulso de pasar a la acción", concluye Garcés.