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HISTÓRICO

Aragón ha registrado 7.820 incendios forestales en 20 años, que han arrasado 80.000 hectáreas

Los accidentes y negligencias son la causa de la mitad de los fuegos

ARAGÓN NOTICIAS /
Incendio en Nonaspe en junio de 2022./ Gobierno de Aragón.
icono foto Incendio en Nonaspe en junio de 2022./ Gobierno de Aragón.

La ola de calor y los incendios no dan tregua en los últimos días en Aragón aunque, lamentablemente, la situación no es nueva en la Comunidad. Aragón ha sufrido 7.820 incendios forestales en los últimos 20 años. Los fuegos registrados entre 2001 y 2020 han arrasado 79.975,02 hectáreas de terreno, la mayoría, 59.623,46 ha de superficie forestal y 20.292,60 de agrícola. 

Según estos datos, publicados por el Gobierno de Aragón, los accidentes y las negligencias están detrás de la mayoría de ellos, seguidos de los producidos por rayos y los provocados por el ser humano de forma intencionada.

Los accidentes más frecuentes son las quemas agrícolas, ganaderas o para el control de vegetación, que han originado 2.092 incendios a lo largo de estas dos décadas. También destacan los producidos por motores y máquinas agrícolas, 514 en total, y los 421 que han sido provocados por fumadores al no apagar bien sus colillas. En estos 20 años ha habido otras negligencias que han producido incendios en líneas eléctricas (240), hogueras y barbacoas (144) o actividades militares (13).

Incendio en Nonaspe en julio./ Verónica Mora

Por causas naturales, es decir, producidos por rayos en tormentas eléctricas, se han originado un total de 1.775 incendios que han hecho arder más de 16.300 hectáreas, la gran mayoría, más de 14.000, de terreno forestal. En cuanto a los fuegos intencionados, han sido 1.120 que han arrasado algo más de 4.000 hectáreas.

Incendio forestal en Barbastro en julio de 2022./ Gobierno de Aragón

La regla del 30-30-30

La Comunidad tiene un cóctel de condiciones desfavorables para los grandes incendios. Los expertos lo explican con la regla del 30-30-30. Es decir cuando las temperaturas están por encima de los 30 grados, la velocidad del viento es superior a 30 kilómetros por hora y la humedad relativa es menor del 30%. La suma de estos factores dispara el peligro de incendios y hace que se compliquen las labores de extinción.