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CONTAMINACIÓN

Aragón cumple, en general, con los nuevos límites europeos de contaminación del aire

El objetivo de la Unión Europea es rebajar en 2030 a la mitad los límites de los principales contaminantes, como el dióxido de nitrógeno (NO2) o las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5). En Aragón, Zaragoza tendría que adoptar medidas para lograrlo

A. H. /
Europa quiere que se limiten aún más las emisiones en 2030. / Canva.
icono foto Europa quiere que se limiten aún más las emisiones en 2030. / Canva.

Europa quiere que el aire que se respira en las ciudades no dañe la salud ni la naturaleza, y por eso ha acordado rebajar a la mitad, de cara a 2030, los límites de los principales contaminantes, como el dióxido de nitrógeno (NO2) o las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), y que, se calcula, causan unas 30.000 muertes al año en España. Eso puede suponer que las ciudades más pobladas, especialmente las de más de 50.000 habitantes, como Zaragoza o Huesca, tengan que adoptar medidas adicionales, aunque en la Comunidad solo la capital aragonesa registra con más frecuencia valores que superarían el límite fijado. 

"La Unión Europea quiere reducir las emisiones para 2030 y hay una segunda fase para 2050, en lo que se llama emisión cero. Esta decisión procede, pienso, de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que propone valores considerablemente más bajos que lo que plantea la legislación actual europea, como límites máximos recomendables para la salud. En este sentido, la Unión Europea está progresando hacia una mejor salud de todos los ciudadanos, por lo que tiene todo el sentido", explica Uxue Alzueta, ingeniera química en la Universidad de Zaragoza. 

Con la nueva norma, pendiente todavía de adopción formal, los valores límite anuales para los contaminantes con mayor impacto documentado en la salud humana, partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2), se reducirían de 25 microgramos por metro cúbico (ug/m3) a 10 ug/m3, y de 40 g/m3 a 20 ug/m3 respectivamente.

Como explica Alzueta, hay que distinguir varios tipos de emisiones: "Están las emisiones antropogénicas, es decir, aquellas que son producidas por la acción humana, sobre las que podemos actuar. Estas, en las ciudades, son fundamentalmente de dióxido de nitrógeno (NO2), por los vehículos y las calefacciones domésticas, ya que hay pocas industrias en la ciudad. En este sentido, lo que se puede hacer es lo que ya se está haciendo en España, que consiste en crear Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), o progresar hacia calefacciones cada vez más eficientes y menos contaminantes. Y luego están las emisiones de origen natural, ante las que no podemos hacer nada, como el reciente episodio de calima que ha habido en Zaragoza, y que fue debido a la intrusión de polvo sahariano". 

En cualquier caso, la experta recalca que, en este sentido, en la capital aragonesa no hay un problema muy grave, "porque la densidad de tráfico no es demasiada y no es común superar los valores de la normativa existentes, más allá de algún día al año". Además, añade, "en Zaragoza tenemos el cierzo que, aunque no sea muy agradable, es útil para dispersar los contaminantes en la ciudad". 


El tráfico rodad produce dióxido de nitrógeno (NO2). / Canva

Zaragoza, la ciudad más afectada

Yolanda Regol, técnico superior de Calidad Ambiental del Gobierno de Aragón, detalla que, mientras la situación de Zaragoza la controla el propio Ayuntamiento de la ciudad, la del resto de la Comunidad la gestiona el Gobierno de Aragón. 

"Las siete estaciones que tiene repartidas el Gobierno de Aragón por toda la Comunidad, salvo en Zaragoza, reflejan que siempre estamos por debajo de los valores legales actuales, incluso por debajo de los nuevos límites que quiere establecer Europa", confirma Regol. 

Por su parte, el catedrático de Química Analítica de la Universidad de Zaragoza, Jesús Anzano, remarca que actualmente Zaragoza cumple con los límites "con creces", pero sostiene que cuando bajen, será otra cosa. "Puede haber áreas que se vean comprometidas. A fecha de hoy no nos afecta por el cierzo, que limpia un poco, pero hay días que no se cumplirían los límites, y eso sería problemático", añade. 

En este sentido, Anzano señala que las Zonas de Bajas Emisiones "solucionan bastante el problema", y que, si se siguen pautas, como utilizar menos el coche y pasar a energías alternativas, "eso podría tranquilizar". 

Sobre las afecciones a la salud, el experto recalca que está "comprobado y demostrado" que la contaminación atmosférica causa muertes, y que, aunque no hay en España cifras de muertes "tan drásticas" como en Pakistán, la India, México o Japón, "lo que se hace en países contaminantes, al final, lo sufriremos aquí", indica.

Buena noticia, pero con peros

Para la ONG Ecologistas en Acción Aragón, la decisión de Europa para mejorar la calidad del aire es "sin duda" una buena noticia para la salud, aunque le pone algún matiz: "La noticia sería ya redonda si fuera acompañada de parecidas medidas en cuestión de contaminación difusa de las aguas, y en el uso de pesticidas que, parece, vamos detrás de los intereses de la agroganadería industrial". 

Asimismo, las mismas fuentes de la organización ecologista apuntan a que actualmente "se falla" en refugios climáticos, o en una política urbana "que favorezca la filtración de partículas a través de árboles, por ejemplo, o que se tome en serio que hay una parte muy significativa de los acuíferos contaminados".