Alves pide anular su juicio por vulnerar su presunción de inocencia mientras la víctima reafirma su versión

Inés Guardiola, abogada del futbolista Dani Alves, ha pedido a la Audiencia de Barcelona que anule la causa por agresión sexual, al concluir que se han vulnerado sus derechos porque fue investigado durante un mes "a sus espaldas" y ha soportado el "juicio paralelo" de la opinión pública. Es la primera vez que se ha visto al Alves desde su ingreso en prisión hace más de un año. Se ha sentado en el banquillo acusado de violar a esta joven en el baño de una discoteca de Barcelona en diciembre de 2022, por lo que se enfrenta a una pena de entre 9 y 12 años de cárcel. Por su parte, la joven se habría reafirmado una vez más en su versión de los hechos tras declarar a puerta cerrada.

En el trámite de cuestiones previas que ha dado inicio al juicio, la defensa de Alves, que ha pedido que el futbolista declare en último lugar -el próximo miércoles por la tarde, según lo previsto-, ha centrado sus alegaciones en detallar la retahíla de derechos fundamentales que considera han sido vulnerados en el caso, entre ellos a la presunción de inocencia y a un juicio con todas las garantías.

Mientras, la víctima que acusó a Dani Alves de violación ha declarado a puerta cerrada y en una grabación judicial con la voz y la imagen distorsionadas. En su declaración se ha reafirmado una vez más en su versión de los hechos, según fuentes jurídicas. Así mismo, una de las dos amigas que iba con ella esa noche, ha añadido en el juicio que Alves tuvo una actitud "babosa" y que también la toqueteó tanto a ella como a la otra chica del grupo.

Según ha contado la testigo, cuando la víctima salió del baño del reservado al que había entrado con Alves, no paraba de llorar "desconsolada" y "muy nerviosa", por lo que pidió a sus amigas salir de la discoteca mientras insistía en que el futbolista le había hecho "mucho daño". La testigo ha añadido que la denunciante solo quería marcharse a su casa y que a ella y a su amiga les costó "horrores" convencerla de que denunciara: "Solo repetía: 'No me van a creer, no me van a creer'".

Se trata de un caso muy mediático no solo por la figura de Dani Alves, sino también por cómo ha transcurrido la instrucción. La denunciante se ha mantenido firme en su relato desde que ocurrieron los hechos. El futbolista, en cambio, ha dado cinco versiones distintas de lo que pasó en el baño de la discoteca aquella noche. En la última, el brasileño alega que iba borracho y no era consciente de sus actos.

Alves se enfrenta a una pena de entre 9 y 12 años de cárcel. Su defensa ha solicitado la nulidad del proceso al considerar que ha sido condenado socialmente y que es víctima de un juicio paralelo. Las partes no han alcanzado un acuerdo previo que podría haber reducido la posible pena al futbolista en caso de ser condenado. 

La discoteca activó el protocolo por agresión sexual

Los hechos ocurrieron en un establecimiento de Barcelona al que Alves acudió con un amigo a su reservado habitual. Invitó a la víctima, de 23 años, y a sus dos acompañantes. Ambos entraron al baño. La denunciante declaró que quiso marcharse, pero él, según el escrito de la Fiscalía, la obligó a arrodillarse y a realizarle una felación. También le acusa de haberla penetrado y abofeteado por negarse a tener relaciones sexuales. Al salir del baño, la joven contó lo ocurrido a los agentes de seguridad, se activó el protocolo de agresiones sexuales y acudió al hospital.

Alves ha cambiado su declaración hasta en cinco ocasiones

Este es el único relato de la víctima, que el brasileño ha tratado de desmontar con cinco versiones distintas. Al principio negando conocerla, pero unas imágenes de la discoteca contradijeron la historia. Cuando se confirmó que había restos biológicos del brasileño en el baño, declaró que la joven se le abalanzó y le hizo una felación, pero el examen forense constata una lesión de rodilla de la víctima y semen del futbolista en el interior de su cuerpo.

Después de este hecho, reconoció las relaciones sexuales, pero, matiza, siempre consentidas. En su última versión alegó que no era consciente de sus actos por el consumo de alcohol, que podría ser un atenuante para rebajar la pena si es condenado por agresión sexual.