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CONFLICTO TALIBÁN

De política en Afganistán a refugiada en Aragón

Los primeros afganos llegaron a España hace seis meses. Casi 200 lo hicieron a la Comunidad

ALIZIA BEGUÉ /
icono foto Zahra lleva seis meses viviendo en Zaragoza.

Zahra Ahmadi era alcaldesa en Nili, una ciudad del centro de Afganistán, hasta que los talibanes truncaron su vida y la de todas las mujeres y hombres del país. A finales de agosto se vio obligada a abandonar el país y, en poco tiempo, pasó de estar al frente de una localidad del tamaño de Ejea de los Caballeros a empezar una nueva vida como refugiada en Aragón, a donde han llegado alrededor de 195 refugiados afganos. Muchos de ellos rehacen su vida en la comunidad, mientras que algunas familias se han reagrupado en otros puntos de España o incluso Europa, como reagrupación familiar.

"La gente corría por la calle, mucha gente, y gritaban: que vienen los talibanes", cuenta sobre cómo vivió el momento en el que los talibanes retomaron el poder sin resistencias en el país después de 20 largos años. Y lo peor se lo confirmaba su hermana, trabajadora del Palacio Presidencial, por teléfono. Cuenta que sollozando, le dijo que el presidente había huido: "Zahra, lo hemos perdido todo, por favor ponte a salvo... Estamos preocupados por ti". "De pronto, lo habíamos perdimos todo... el trabajo, los sueños, las propiedades y lo que es increíble y más importante para mi... perdimos mi país", recuerda emocionada.

Varios afganos después de bajar el avión aterrizado en la base aérea de Torrejón de Ardoz.

Programa de acogida

Este jueves se cumplen seis meses desde que Zahra llegó a Zaragoza junto con sus dos hermanas, una médica y una arquitecta. Hasta el mes de septiembre, de las 1.600 personas afganas que llegaron a España, 179 personas lo hicieron a Aragón, la mayoría agrupadas por familias. El 40% de ellas eran menores de edad; el 44%, mujeres, y el 1%, ancianos. En octubre, tuvo lugar una segunda fase de evacuaciones, la Operación Antígona, en la que llegaron 240 personas, y de ellas 16, lo hicieron a Aragón. Esto supone que en la Comunidad habrían llegado al menos 195 afganos refugiados, sin embargo se desconoce cuántos residen en la actualidad en la Comunidad ya que parte de ellos se han reagrupado con sus familias en otras zonas. 

Tras superar el caos y las aglomeraciones del aeropuerto de Kabul, las hermanas lograron subir a un avión español. A su llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, solicitaron el asilo y se puso en marcha el sistema de acogida por el que fueron derivados a una plaza, que puede ser en un piso o en un centro de acogida.

En Aragón son cinco las organizaciones tienen las competencias de acogida de refugiados directamente transferidas por el Ministerio: Cruz Roja, ACCEM, APIP - ACAMP, CEPAIM Aragón y Las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. El programa, común para todas ellas, se divide en tres fases. La primera de ellas es la de acogida, en la que se tramitan asuntos burocráticos (tarjeta sanitaria o el empadronamiento) o se recibe asistencia psicológica. La segunda fase es la de apoyo a la integración y adquisición de independencia y por último, está la tercera fase, la de la vida autónoma.

Zarha pasea por las calles dentro centro de la ciudad.

"La gente es amigable y estoy a gusto en Zaragoza"

Zahra segura que viviendo en Zaragoza se encuentran a gusto: "La gente es simpática, por ejemplo en el supermercado o en el parque hablo con gente española y son amigables, pero la principal dificultad es el idioma". Ya está en el segundo semestre de su curso de español, en el nivel A2 y después se centrará en buscar un trabajo, aunque reconoce que está resultando complicado. Asimilar el trauma que experimentan, no es fácil. "Al principio sufríamos mucho por los malos recuerdos. Tuvimos depresión, especialmente mis dos hermanas. A mí los talibanes me golpearon en la espalda en el aeropuerto y los primeros días aquí no podía andar bien, me tenía que quedar en la cama y todo el día recordaba cosas en mi mente", cuenta.

En su caso, además, esta es la segunda vez que es refugiada, ya que hace 30 años su padre huyó a Irán con su familia, pero Zahra regresó después porque quería participar en la regeneración de su país. "Crecí como refugiada y estudié como refugiada, pero volví a mi país sola, sin mi familia, para construir un futuro para la sociedad de mi país".

"Afganistán ahora es el infierno para la gente, en especial las mujeres, y es el cielo para un grupo como los Talibanes", lamenta Zahra. En 2018, la joven era reconocida por el Gobierno español por su trabajo en la alcaldía y en pro de los derechos de las mujeres. Solo cuatro años después, sus aspiraciones son muy diferentes: "Solo queremos derechos, no privilegios, no regalos, solo derechos". 

Ella y sus hermanas se consideran afortunadas por haber podido escapar, pero sufren la situación que se vive en Afganistán. Lamentan que ya no hay tanta cobertura mediática en un momento en que los talibanes han transformado por completo su país, destruyendo derechos básicos de las personas. Y lanza un grito de auxilio a toda la comunidad internacional: "Espero que todos alcen la voz por las mujeres afganas, necesitamos vuestro apoyo y vuestra voz. El futuro de los afganos depende de otros países".