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ECONOMÍA

'20 minutos para leer la prensa y tomar café': algunos bares limitan el tiempo por consumición

Hay establecimientos que han tomado estas medidas para fomentar la rotación, ante el incremento de costes. Desde Horeca Restaurantes Zaragoza aseguran que es testimonial, pero entienden que algunos negocios las tomen puesto que la rotación es esencial

TERESA P. ALBERO /
Cartel explicativo de la limitación de tiempo para leer la prensa en el bar 'El Chema'.
icono foto Cartel explicativo de la limitación de tiempo para leer la prensa en el bar 'El Chema'.

Un cartel en la entrada del local deja clara la medida: 'El tiempo máximo de ocupación de una mesa para consumir y leer periódicos es de 20 minutos'. La norma se impuso tras comprobar que algunas mesas permanecían ocupadas largos periodos de tiempo con un consumo mínimo. Es el caso del bar El Chema, en el zaragozano barrio de Las Fuentes. La medida, que ha tenido algunos detractores, pretende fomentar la rotación ante el incremento de costes que también ha sufrido la hostelería. Desde la Asociación de Restaurantes de Zaragoza y Provincia (Horeca Restaurantes Zaragoza) aseguran que se trata de algo testimonial, aunque entienden que haya negocios que tomen estas medidas porque la rotación es esencial para su rentabilidad. 

"Sobre todo vimos a gente mayor que mantiene la costumbre de venir a leer el periódico, que nos parece bien, pero en un bar pequeño como este y especializado en almuerzos, que vengan en la hora punta y estén una hora o más con un cortado, no nos compensa", explica Eduardo Díaz, gerente del bar El Chema. 

Las limitaciones de aforo impuestas a la hostelería en la pandemia hicieron que algunos establecimientos optaran por acotar el tiempo de ocupación de las mesas. Una práctica que desapareció con la paulatina eliminación de las restricciones, pero que este bar ha decidido mantener. "En nuestro caso lo hemos dejado y damos un máximo de 20 minutos", puntualiza Díaz. Aunque cumplen con la limitación "a rajatabla", los camareros tratan de mediar y de ofrecer amablemente una segunda consumición cuando los clientes no lo cumplen.

La implantación de la medida tuvo sus detractores y algunas consecuencias negativas. "La dirección tuvo que explicar a dos o tres personas que el bar necesita rotación entre la clientela y que eso es esencial para que el negocio funcione. De hecho, tuvimos también críticas negativas en internet, donde nos acusaban de echar a la gente y de maltratar a los clientes", recuerda Díaz, quien justifica la norma como una forma de "supervivencia empresarial".

A pesar de que en un primer momento no gustó la novedad, los clientes más fieles optaron por modificar sus hábitos para poder disfrutar de su lectura sin perjudicar al bar. "Como abrimos a las siete de la mañana, hay personas que vienen a esa hora y se quedan con la prensa y su café hasta las ocho, que empieza el jaleo. No les decimos nada a esa hora", asegura el gerente del establecimiento. 

Interior del bar 'El Chema' en Zaragoza. 

Quien también se planteó aplicar una limitación de tiempo para las consumiciones es Cristina Pemán, gerente de la cafetería Dídola, ubicada en la céntrica calle Don Jaime I de Zaragoza. En su caso, finalmente no impuso ninguna restricción. "Anuncié la idea en las redes sociales en la pandemia, pero fue una medida muy impopular. Vimos que solo ganaríamos enemigos y perderíamos clientela", apunta. 

A pesar de no poner un tiempo máximo de uso de mesa, Pemán entiende que otros negocios lo hagan: "Por suerte, tenemos bastantes mesas y vamos capeando el 'apalancamiento' de algunos clientes". 

La zaragozana insiste en que esas medidas no serían necesarias si hubiera "más conciencia" de lo que implica tener un negocio abierto. "Hay veces que vemos que la gente se trae comida de otros establecimientos y se lo comen aquí con un café. Eso no se puede hacer. Aquí hay comida y si la tenemos es para que se consuma lo del local, no lo de fuera", mantiene. 

Estas limitaciones no son muy habituales, según indican desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España. "Es algo testimonial. Entendemos que los bares con pocas mesas lo puedan plantear, al final es un negocio y la rotación es esencial", señala José Luis Yzuel, presidente de la entidad.

"Todos hemos visto la típica terraza al sol con mesas ocupadas media mañana para tomar un café", indica, al tiempo que recuerda los tiempos de la pandemia en los que las terrazas eran un lugar de encuentro, reunión y socialización.