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JUVENTUD

Aumentan los jóvenes que estudian y trabajan a la vez para costearse los estudios y llegar al mercado laboral

Según el Instituto Nacional de Estadística, además, disminuye la cifra de jóvenes sin empleo y sin recibir formación. En Aragón son casi un 8%

MADALINA PANTI /
Según el INE, en España hay 959.200 jóvenes que estudian y trabajan a la vez. / Pexels
icono foto Según el INE, en España hay 959.200 jóvenes que estudian y trabajan a la vez. / Pexels

Del auge de los 'ninis' -jóvenes entre 16 y 29 años que no trabajan ni estudian- desde la crisis del 2008, hoy en día, la cifra de los 'sisis'-aquellos que trabajan y estudian al mismo tiempo-, superan en números a los primeros. En el segundo trimestre del 2022, en España hay 959.200 'sisis' según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). En contraposición, aunque sigue siendo una cifra elevada, los 'ninis' disminuyen hasta los 805.400 jóvenes. Según el Observatorio de la Formación Profesional, Aragón cuenta con casi un 8% de 'ninis'.

Para el sociólogo de la Universidad de Zaragoza, Diego Gastón, el que haya más 'sisis' tampoco es del todo positivo. "En otro país sería un buen indicador, en el nuestro no lo es. Es un indicador de precariedad de jóvenes que están dejando de lado parte de los estudios para trabajar para poder costearlo". Además, Gastón defiende que hay pocas "facilidades para compatibilizarlo".

Luis Santo, zaragozano de 25 años, acaba de terminar el Grado de Administración y Dirección de Empresa. Es un 'sisi, ya que combina estudio y trabajo desde los 18. "El año pasado tenía dos trabajos, llevaba niños al colegio, luego iba a la universidad y luego por la tarde entrenaba a dos equipos de voleibol y también entrenaba yo". Este año también pretende compaginar su trabajo como entrenador, con un máster y unas prácticas. El joven reconoce que detrás de esto se encuentra la "necesidad económica" de pagar la carrera, ayudar a sus padres o poder ahorrar. Relata que realizar ambas tareas ha sido difícil y tenía que estudiar por las noches: "Al principio me costó mucho, fue un caos. Estás toda tu vida estudiando y cuando quieres compaginarlo, te faltan horas". Añade, que es una situación que "desgasta mucho mentalmente".

Luis Santo Rodríguez es uno de los jóvenes que compagina varios trabajos con estudios. /Fuente: iStock

Menos abandono en las aulas

El número de personas que no trabajan ni estudian, se encuentra relacionado con el abandono escolar. Según la Encuesta de Población Activa, en nuestro país, el fracaso escolar alcanzó el 13,3% en 2021, una tendencia que también se encuentra a la baja en los últimos años. Gastón, que además participó en el 'Estudio desmontando a ni-ni', explica que hasta el 2008 había mucho abandono porque tenían más facilidad de trabajar sin tener estudios. "Después, se disparó el número, pero tampoco es que no quisiesen trabajar, es que habían dejado de estudiar para trabajar y con el cambio del sector productivo, se quedaron sin trabajo y sin formación para poder incorporarse al mercado laboral. En España, cuando mejor va la economía, menos se estudia", explica. Además, añade, que el término está muy estereotipado hoy en día: "Habría que introducir una 'N' más a la palabra, ni estudia, ni trabaja ni lo busca", subraya.

En la actualidad, el descenso del abandono escolar se debe a la necesidad de formación por exigencias del mercado laboral. "Ahora piden el nivel mínimo de educación secundaria obligatoria para casi todo". Santo comenta que es una presión extra que se impone: "Te piden experiencia que no tienes y, por lo tanto, te obligan a empezar antes antes que seguir estudiando o hacer otra carrera. No salen las cuentas, tienes que haber empezado mucho antes". Gastón añade que los trabajos que se consiguen, no coinciden con sus estudios: "Muchas veces trabajan en hostelería y comercios. Es más una cuestión económica que curricular". 

Alta tasa de desempleo

Los jóvenes se siguen enfrentando a una alta tasa de desempleo. Según el INE, la media nacional para menores de 25 años, se sitúa en el 28,52% mientras que en Aragón se encuentra en un 27,54%. En algunos casos, aunque se tengan estudios, las exigencias del mercado laboral dificulta la introducción de estas personas al trabajo. Marina Ledesma es soriana residente en Zaragoza y tiene 23 años, y aunque es graduada en Psicología, en este momento ni estudia ni trabaja. "Mi padre trabaja y podemos vivir sin que me preocupe mucho por encontrar algo inmediatamente", explica la joven. En su caso, la pandemia no le permitió hacer prácticas en el ámbito que le interesaba y, desde entonces, se encuentra en búsqueda de una oportunidad. "Mi mayor problema es que piden experiencia y es algo que a mi me falta. Y en este ámbito, hay pocas ofertas, solo para personas que han hecho las oposiciones para el PIR (Psicólogo Interno Residente), ofertas de falso autónomo, o becas no remuneradas". El sociólogo explica que en el caso de Marina, son las circunstancias las que "no le permiten trabajar".

Ledesma exige más facilidades para la contratación o un incentivo a las empresas para que puedan incorporar a personas sin experiencia. "Se exigen cosas inalcanzables porque las ofertas están idealizadas, por ejemplo, tres años de experiencia y dos idiomas y todo para un sueldo mínimo. Es algo que me molesta mucho", indica la joven.

Segunda oportunidad a la enseñanza

Para los jóvenes que no tiene ni formación ni trabajo, el futuro es mucho más incierto. Para poder ofrecer una solución de empleabilidad de jóvenes de 15 a 29 años, se crearon las Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O). En España existen 43 repartidas en nueve comunidades autónomas, en Zaragoza hay siete. En abril de este año, el VI Encuentro Nacional de E2O se realizó en la capital aragonesa. Así es como narraban los jóvenes las dificultades a las que se han enfrentado como 'ninis'. 

José María Usón Claver, que ha sido presidente y vicepresidente de la asociación, actualmente es el responsable de formación de la Fundación Federico Ozanam, una de las escuelas adscritas. Usón comenta que es un espacio donde cualquier joven es bienvenido: "Para todos aquellos que hayan tenido dificultades familiares, personas con limitaciones, dislexia, déficit de atención y muchos que se encuentran en situaciones vulnerabilidad como desempleo prolongado, sin vivienda, o problemas de salud psicológicos no diagnosticados". 

Realizan un itinerario personalizado con cada uno de ellos para dos años como mínimo. "La segunda oportunidad se la estamos dando a la enseñanza, con otra vía diferente para trabajar. Buscamos que puedan madurar a nivel educativo y luego puedan decidir si al final deciden seguir", expresa Usón Claver.  

Con una tasa de éxito del 65%, José María explica que son jóvenes que o se incorporan al mercado laboral, o continúan estudiando. "Estaban sin estudiar, partimos de cero. Que vuelvan al hábito de estudio de nuevo o que consigan trabajo, es el éxito", apunta.