Segundo triunfo de la temporada para el Casademont Zaragoza femenino (65-81)

Pocas veces puede lucir de forma tan evidente el trabajo coral. En un partido tremendamente complicado, en una pista cada vez más difícil y ante un rival claramente al alza, el Casademont Zaragoza logró un valioso triunfo merced a un juego colectivo tremendamente divertido y una capacidad de sacrificio defensivo que reventó el partido en el tercer cuarto.

Todo empezó bien porque Fiebich y Mariona podían ser finalmente de la partida. La alemana no esperó para dejar claro que había superado su problema en el tobillo: 11 de los primeros 15 puntos llevaron su firma. Pero poco a poco se empezó a torcer. FIebich se iba al banco con molestias y casi todas las demás con faltas. Grande, Geldof, Tate y Mariona llegaban al descanso con 3 faltas. Hempe con 2. Tanto se complicó el asunto que Cantero se tuvo que inventar quintetos inéditos que, sin embargo, mantuvieron la esencia de un equipo que jamás le pierde la cara al encuentro. Ni cuando las canarias se fueron de 6 gracias a una Holesinska omnipresente.

Lo que vimos en el vestuario aragonés durante el descanso estuvo a la altura. Al menos, a tenor de lo que vimos en el tercer cuarto. El Casademont dio un recital defensivo, respondiendo al castigo de las numerosas faltas como se debe responder, defendiendo todavía mejor. Las canarias se quedaron en 7 puntos en este cuarto y, desde la defensa, el Casademont desató la tormenta perfecta anotando bajo el aro, en la larga y media distancia, compartiendo el balón y también, al fin, corriendo. Un cuarto para enmarcar que tuvo continuidad hasta la recta final del último en el que sólo con el encuentro sentenciado las locales pudieron recuperarse en anotación.

Victoria importante, pero mucho más valor tiene la respuesta de todas las jugadoras ante una situación tremendamente complicada. Oma, Lara, Geldof, Gracia cambiaron un encuentro en el que hasta 6 jugadoras sumaron 10 o más puntos con Vega como máxima anotara con 15 tantos.