Números para todos los gustos

No llegó el punto de inflexión ni para Real Zaragoza ni para SD Huesca. El derbi de los postes (dos los blanquillos y uno los oscenses) acabó como empezó, con los dos equipos aragoneses lejos de la zona alta. Dos malas rachas marcadas por la falta de victorias, pero que paradójicamente dejan números amables a los que agarrarse.

Empezando por el Zaragoza: por segundo partido consecutivo volvió a dejar la puerta a cero; y por sexto no perdió. Nadie encaja menos que ellos, con siete tantos concedidos en nueve encuentros. Burgos, Real Oviedo y Fuenlabrada son los otros tres clubes que han encajado esa cifra. En lo que va de competición sólo se ha perdido dos veces, en la segunda y tercera jornada (encima en dos encuentros en los que las estadísticas acompañaron).

Pese a la mala racha, el Real Zaragoza es un equipo difícil de batir al que difícilmente se le hace goles. La victoria en Alcorcón dio paso a una sucesión de cinco partidos seguidos empatando. No se pierde... pero difícilmente se gana. Un limbo un tanto repetitivo al que, eso sí, hay que poner fin cuanto antes. El contrapunto es que los de JIM son el equipo que menos marca, con la escasa cifra de cinco tantos en nueve partidos. Su falta de acierto es preocupante, los delanteros tiran a puerta y tienen ocasiones, pero sin acierto.

En el caso de la SD Huesca, de nueve partidos han dejado la puerta a cero en cinco. No son un equipo especialmente vulnerable, pero tienden a la relajación. Partidos como el del Lugo o el del Tenerife estuvieron marcados por errores individuales que favorecieron el gol del rival. A los de Nacho Ambriz les cuesta ganar, y su racha es preocupante. Tras las dos primeras victorias ante Eibar y Cartagena, los de Ambriz solo han sido capaces de ganarle 0-2 a la Real Sociedad B. Últimamente les cuesta marcar y sus delanteros, Pitta y Gaich, tienen la pólvora mojada. El paraguayo solo ha hecho gol en la victoria ante el Sanse y el argentino, llegado como fichaje estrella, aún no se ha estrenado. Ambriz ve cómo poco a poco se aleja el ascenso directo, y sabe que la reacción tiene que llegar ya.