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Los cambios accionariales del Real Zaragoza a lo largo de su historia

Desde que los clubes tuvieron que convertirse en Sociedades Anónimas, ésta es la cuarta vez vez que el Real Zaragoza cambia de propietario

Aragón Deporte /
Miembros de la Fundación Zaragoza 2032 tras formalizarse su entrada en el club.
icono foto Miembros de la Fundación Zaragoza 2032 tras formalizarse su entrada en el club.

Desde que los clubes tuvieron que convertirse en Sociedades Anónimas, ésta es la cuarta vez que el Real Zaragoza cambia de propietario. En marzo de 1992, Alfonso Solans Serrano se hizo con el 51% de las acciones, que llegaría a ser después del 84%. Tras su fallecimiento, en 1996, su hijo Alfonso Solans Solans tomo el testigo también en la presidencia. En la etapa de 14 años de los Solans llegaron 5 de los 9 títulos oficiales que tiene el Real Zaragoza, incluida la Recopa de Europa.
En mayo de 2006, Agapito Iglesias se hizo con el paquete mayoritario. Un comienzo esperanzador, con fichajes de relumbrón y la vuelta a Europa. Precedentes de un descenso, el de 2008, que le lastró económicamente y desde el cual el club ya no ha vuelto a ocupar el espacio relevante que tenía en el fútbol español.

A pesar de ascender un año después, tras 4 años en el alambre volvió a perder la categoría hace ya 9 temporadas. Bajo el mandato de Agapito, que duró algo mas de 8 años, pasaron varios presidentes: Eduardo Bandrés y Fernando Molinos, además del propio empresario soriano, que tras una gran presión social por su gestión, vendió la sociedad.

Ya en el verano de 2014, un grupo de empresarios zaragozanos se hizo con las acciones de Iglesias, pero éste las recuperaría unos días después tras un incumplimiento contractual, para cederlas finalmente a la Fundación 2032, con el club agonizando por las obligaciones de pago. Las acciones quedan repartidas en esta ocasión entre las familias Alierta, Yarza, Forcén e Iribarren, con Christian Lapetra como presidente del club.

En julio de 2019 César Alierta alcanzó el 49% del paquete accionarial tras una ampliación de capital por compensación de créditos. Casi 8 años después de su llegada la Fundación ha bajado la deuda, pero el objetivo deportivo no se ha logrado, y tras varios intentos de compraventa fallidos durante el último año, ha llegado la hora de un nuevo cambio en la propiedad.