Trasladar el restaurante al salón: crece el interés por los chefs privados en Aragón
Celebrar una cena íntima en pareja o disfrutar de una comida popular o de un 'showcooking' son algunas de las propuestas gastronómicas que ofrecen estos profesionales, cada vez más demandados en la Comunidad
Esperar tomando una copa de vino a que un cocinero profesional prepare una cena íntima para disfrutar en pareja, regalar a un ser querido una experiencia gastronómica en casa o convertir con un pequeño grupo de amigos el hogar en restaurante son algunas de las experiencias que ofrecen los chefs privados, una profesión en auge en Aragón. "Está cogiendo fuelle y funciona, sobre todo, por el boca a oreja", explica el oscense Carlos Durán, que lleva desde 2016 ofreciendo estos servicios en la Comunidad.
"Entonces estaba empleado en un restaurante y la rutina de trabajo era siempre la misma. Por casualidad, puse un 'post' en Facebook, me inscribí en una página dedicada a este servicio y comencé a recibir llamadas", cuenta el chef.
En la primera conversación con el cliente se establece el tipo de evento y los gustos y las preferencias de los comensales, y de ahí nace el diseño del menú. "Hay mucha gente que no sabe cómo va el formato. Lo primero es conocer qué quieren y lo que yo les puedo ofrecer. A partir de entonces comienza la elaboración, la compra de los productos, la realización del servicio y la recogida", explica Durán, que ha trabajado desde en cenas degustación a comidas populares durante las fiestas de algún municipio. "Trabajas acorde a lo que pide el cliente, es completamente personalizado", indica.
"En Aragón los servicios más extendidos son los eventos familiares y los menos demandados, los de pareja, aunque en otros sitios, como, por ejemplo, en Barcelona, funcionan mucho como regalo", asegura el cocinero, quien añade: "La gente se queda bastante sorprendida, porque es innovador".
"Cada día está más de moda"
"Primero hay que comprobar la logística de la cocina y si se tienen utensilios suficientes", apunta Manuel Barranco, más conocido como chef Manolito. Por eso, el cocinero siempre desplaza consigo un pequeño 'kit' profesional. "Me gusta llevar sifones, la máquina para cocinar a baja temperatura, la envasadora...", enumera.
Aunque quienes contratan estos servicios generalmente disponen de un poder adquisitivo medio-alto, el chef cuenta que ha ofrecido experiencias a todo tipo de clientes. "En una ocasión realicé una clase de tartas de queso para una cumpleañera, he hecho talleres de 'sushi', preparado celebraciones muy VIP o una paella para un grupo de amigos en un huerto", comenta.
Al servicio mínimo, que suele durar unas dos horas para dos personas y que ronda los 100 euros, se le van incorporando "extras" hasta alcanzar lo que cada cliente esté dispuesto a pagar: servicio de camarero, maridaje, coctelería... "Cada vez está más de moda, más demandado, y de precio sale como un buen restaurante", indica. "Ya no se trata de cenar, es otra cosa superior", concluye el chef.
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