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GANADERÍA

Falta de relevo, menor consumo de ovino y crisis climática: cada vez quedan menos pastores en Aragón

Si hace diez años el territorio aragonés contaba con casi 4.000 explotaciones de ganado ovino y caprino, ahora en 2023 tiene poco más de 2.500

M.B. /
Aragón cuenta con 2.500 explotaciones de ganado ovino y caprino en la actualidad. / Canva
icono foto Aragón cuenta con 2.500 explotaciones de ganado ovino y caprino en la actualidad. / Canva

La falta de relevo generacional, la disminución del consumo de carne de ovino, la crisis climática actual son algunos de los factores por los que cada vez hay menos pastores y personas dedicadas a la ganadería. Si hace diez años Aragón contaba con casi 4.000 explotaciones de ganado ovino y caprino, ahora en 2023 tiene poco más de 2.500, según los datos publicados por el Ejecutivo autonómico. Una diferencia exacta de 1.339 explotaciones que ya no existen y que, si continúa así la tendencia, no volverán a existir.

"Este trabajo es muy sacrificado. Somos un sector obsoleto. Cada año, por ley natural, se jubilan los ganaderos y no hay nadie que les haga el relevo. Esto exige un 200% de dedicación y la gente prefiere otro estilo de vida", explica el ganadero y responsable del sector ovino de UAGA en Aragón, José Manuel Casado. El número de explotaciones ganaderas dedicadas al ovino y caprino en 2022 fue de 2.614 en todo Aragón. Del total, la mayoría se encuentran en la provincia de Teruel, que cuenta con 1.061, le sigue Huesca, con 863 y finalmente Zaragoza, con 690. Todas estas cifras son muy inferiores a las de años anteriores y la tendencia va a la baja desde hace, por lo menos, cinco años.

Baja el número de explotaciones y de ganado

Cada vez hay menos explotaciones ganaderas de este tipo en la Comunidad y, por consiguiente, menos ganado que cuidar. Si el pasado 2022 el número de animales dentro de las explotaciones ovinas y caprinas de Aragón era de 1.795.530, hace solo tres años el número era de 1.976.388, una diferencia que deja un total de 180.858 animales menos en la actualidad.

A los problemas que se arrastran desde hace años, hay que sumar otros más recientes como la subida de costes. "Las previsiones son muy malas. Los insumos han subido, igual que los precios del cereal y los fertilizantes. Todo sigue muy alto, incluso los forrajes. Esto va a a provocar que mucha gente quite sus animales. Si a esto le sumas que cada vez menos gente consume cordero y que la producción va a menos... Ahora mismo, estamos viviendo de las exportaciones que hacemos a otros países como los árabes y a otros de Europa", explica el ganadero. 

Él lleva dedicándose al ganado ovino y caprino casi 30 años y hasta ahora no se había planteado dejarlo. "Yo aguantaré lo que pueda. Tengo 500 ovejas, mi ganado es bastante grande, pero no sé cómo aguantaré el año teniendo en cuenta que hay sequía y que el agua de bombeo es cara", afirma Casado.

El ganadero, como tantos otros compañeros de sector y agricultores, espera las ansiadas lluvias que no terminan de llegar al territorio aragonés. Afirma que, si no llueve de cara a la segunda semana de mayo, la tierra estará muerta, seca y no habrá disponibilidad de pastos. "Yo, además, tengo mi ganado en la zona de Moros, que sigue con la tierra llena de cenizas del incendio del verano pasado". 

La escuela de pastores, un rayo de esperanza

"Si hoy viviera Félix de Azara, como gran observador de la naturaleza e investigador de los ecosistemas que fue, estaría alarmado por el deterioro que nuestra naturaleza sufre por la continua desaparición de nuestros rebaños", esgrimía Enrique Fantova, director técnico de Oviaragón del Grupo Pastores, hace apenas dos meses.

Estas palabras las expresaba en una gala organizada por la Diputación de Huesca en la que se entregó al Grupo Pastores el galardón Félix de Azara, reconociendo así el valor "incalculable" de los pastores para el desarrollo territorial, el equilibrio demográfico y la preservación ambiental. "No hay ninguna actividad en el medio natural con tanta repercusión como el pastoreo en todos sus ámbitos, desde la protección del medio ambiente hasta la fijación de población en el medio rural", manifestaba Fantova. 

Algo parecido deben pensar en la primera escuela de pastores de Aragón, La Estiva, que abrió sus puertas el año pasado y que sigue formando a futuros ganaderos. El curso pasado la escuela tuvo ocho alumnos de distintas edades, que iban de los 20 a los 50 años, en San Juan de Plan, donde se ubica el centro. Se trata de una formación de 850 horas, divididas entre teoría y práctica, y tiene una duración de siete meses para empaparse de una profesión que no entiende de vacaciones, días festivos o inclemencias meteorológicas. "El pastoreo es una herramienta dinamizadora del medio rural. Es una forma de prevención del cambio climático y es una apuesta por mantener la biodiversidad y de cuidar el paisaje de montaña", afirman desde el centro.