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CONCIENCIACIÓN

Más de 500 familias aragonesas se movilizan para limitar el uso del móvil en adolescentes

El grupo creado en la aplicación de mensajería Telegram ha superado el medio millar de miembros en pocas semanas. En él comparten su preocupación por el tema, así como diversos artículos y recursos. Quieren incluso llevar el problema a las Cortes

K. HERRÁIZ /
icono foto Varios jóvenes mirando el móvil. / Canva

Como ha ocurrido en distintos puntos de España, también ha llegado a Aragón la preocupación de numerosos padres, cada vez más creciente, de que los adolescentes tengan móvil propio a edades tempranas. Hace unas semanas, para visibilizar y compartir esta problemática, se creó el grupo 'ARA-Adolescencia libre de smartphone Grupo Aragón' en la aplicación de mensajería Telegram, que cuenta ya con más de 500 miembros. Ahora, sus integrantes están estudiando la posibilidad de llevar el asunto a las Cortes de Aragón para que, de momento, se regule el uso del móvil en los centros educativos. Precisamente, la ministra de Educación, Pilar Alegría, señaló este miércoles que propondrá a las comunidades autónomas y al Consejo Escolar prohibir el uso del móvil en Primaria durante el horario lectivo, mientras que en la ESO solo se usará "cuando lo plantee el profesor porque su proyecto pedagógico lo requiera".

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 70,6% de los chicos y chicas españoles de 10 a 15 años tienen su propio teléfono, lo que supone 7,5 puntos porcentuales más que en 2013. En Aragón la cifra es algo inferior, el 66,9%, un 2,2% menos que en 2013.

En paralelo al grupo creado en Telegram en la Comunidad, este miércoles la plataforma Apaga y Veámonos convocó en Huesca un encuentro para abordar este problema. Uno de sus principales objetivos es frenar la digitalización "masiva" en las aulas y alertar de sus consecuencias.

Muchos padres se sienten aliviados por la aparición de estas iniciativas que ponen encima de la mesa la problemática. "Para mí, todo este 'boom' que de repente ha surgido poniendo en duda la educación que estamos dando a nuestros hijos en torno a la tecnología, la aparición de las primeras voces poniendo de manifiesto la necesidad de una ley que regule su uso en menores, o que por fin esté saliendo a la luz todo lo negativo que conlleva que dejemos en sus manos un móvil y les hagamos responsables de herramientas que no saben usar, ha sido ver un poco de esperanza, de pensar que no somos bichos raros y que hay más gente preocupada", explica la zaragozana Noelia Jimeno, madre de mellizos de siete años que participa en el grupo de Telegram.

Esta madre, que considera que un niño menor de 12 años no necesita un móvil, espera que estos grupos sean el inicio para que se cree una ley que regule el uso de las nuevas tecnologías en los menores, "al igual que las hay para el tabaco, el alcohol o poder conducir", y añade: "Al igual que está prohibido el consumo de tabaco en menores, y a nadie se le ocurriría ver bien que un padre diera de fumar a su hijo, con el móvil debería ser lo mismo. Por desgracia, se ha normalizado el uso de móviles o tabletas entre los más pequeños, y aún hay muchos padres que parecen no ver el peligro o no les interesa verlo. Por eso, cuando la lógica no es común se necesitan normas".


Algunos padres apuestan por que se cree una ley que regule el uso de las nuevas tecnologías en los menores. / Canva

Jimeno insiste en que los niños y niñas menores de 12 años no están preparados para tener un móvil: "Hay niños que con la edad de los míos (7) ven series, youtubers, o vídeos que son para mayores de 18 años y cuyo contenido no es apto para sus mentes ni sus conocimientos, porque no saben donde situarlos. Nos extrañamos de que aumente el 'bullying', de la sexualización de las niñas, pero les dejamos ver videos de reguetón, series que antes serían para, como mucho, adolescentes. Les estamos adelantando etapas sin estar preparados para ello. Y eso es muy peligroso".

No prohibir, pero sí regular, limitar o educar

Según destaca José Ramón Ubieto, psicólogo clínico y psicoanalista, toda nueva tecnología "irrumpe" de manera brusca y deslumbra, y hace falta tiempo para comprender sus consecuencias y ver los matices. "Ya hace un tiempo que -primero empezaron los ejecutivos e ingenieros, los arrepentidos digitales- vislumbramos la cara oscura de una promesa de felicidad que también incluye servidumbres. Hoy, familias y profesionales son más conscientes de esa realidad diversa", advierte. 

Este experto considera que, además de los padres, también los adolescentes sienten la presión social por contar con móvil propio: "Sienten el aliento de los compañeros que ya lo tienen y eso los confronta a su carencia. No todos los adolescentes de 12 años sueñan con el móvil, pero cuando ese aparato deviene la interfaz de conexión por donde acuerdan citas, quedadas para juegos o intercambian vídeos, fotos, etc. el que no está, pasa desapercibido". 

A la hora de buscar una solución, Ubieto cree que debería ser colectiva: "No es viable que un chico o una chica solo, o unos padres solos, regulen la voracidad de las redes, algo que ni siquiera el gobierno más poderoso del mundo ha conseguido regular". 

En cualquier caso, este psicólogo clínico, autor también de '¿Adictos o amantes? Claves para una salud mental digital en infancias y adolescencias', cree que no hay que hablar tanto de prohibir, como sí de regular, limitar o educar. "Eso implica tres estrategias inseparables: desconexión parcial pero efectiva (espacios en escuela y familia libres de conectividad: comidas familiares, sueño, patios y aulas), alfabetización digital para usar mejor las pantallas (ciberseguridad) y alternativas presenciales (deporte, hobbies, lecturas, aire libre) que estimulen otros modos de satisfacción centradas en el encuentro cuerpo a cuerpo. En resumen: menos horas de pantallas, mejor uso y más presencia", concluye.