Se adelanta la cosecha del azafrán en la comarca del Jiloca por las altas temperaturas

La cosecha de azafrán suele empezar a finales de octubre y culminar a principios de noviembre. Este año, en la provincia de Teruel, ha dado comienzo antes de lo previsto debido a las altas temperaturas. La media de recogida en una buena campaña es de cinco kilogramos por hectárea. José Ramón Plumed, responsable de 'Azafranes Jiloca', ha comentado en 'Buenos días Aragón', de Aragón TV, que la previsión "no era muy alta" porque se venía de "un año muy seco" aunque por ahora estiman que van a alcanzar la cifra de los cinco kilogramos por hectárea. 

Desde primera hora de la mañana, con las primeras luces del día, desde 'Azafranes Jiloca' comienzan a recoger esta flor. Plumed ha comentado que deben recogerla a primeras horas, cuando la flor está cerrada, "si hace sol o viento, la flor se abre y dificulta la recolección". La climatología es fundamental para este cultivo ya que necesita mucho frío en invierno y mucho calor en verano. "Desde la década de los 60, la media de temperatura ha ido subiendo, se han perdido las nieves de antaño y esto hace que la floración haya disminuido de los diez o 12 kilos por hectárea, a los cinco que podemos llegar ahora", ha indicado Plumed.

Una vez que todas las rosas están recogidas, se acude a la sala de desbrizne para limpiar, extender la flor y sacar la hebra. Luego le llega el turno a la tostadura, el último paso antes llegar al envasado. Plumed ha señalado consejos para poder elegir el mejor azafrán del mercado: "Sin restos florales, con un tostado limpio y brillante y que las hebras no sean finas, que son las que menos rentabilidad van a dar en el guiso". 

"Un azafrán bien de este año nuevo bien preparado y tostado puede llegar a dar 50 o 60 raciones por gramo, a diferencia de uno de otros años que solo alcanzará a dar entre 15 y 20 raciones", ha subrayado el responsable de 'Azafranes Jiloca'. Asimismo, comenta la existencia de la versión ecológica: "Damos garantía de que no aportamos ningún abono químico, sin herbicidas y tiene marcado particular como aval de origen". 

A unos nueve euros el gramo, esta especia llega del mercado a la cocina. En la gastronomía de platos típicos como arroces o la milanesa, desempeña un papel esencial. Plumed enfatiza que sirve para todo tipo de guisos: "A parte de dar sabor, color y aroma, es un potenciador de todos los ingredientes en general".