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ESPECTÁCULOS

La reventa de entradas es una práctica legal pero con riesgos: claves para evitar fraudes

En Aragón, el 25% de las entradas para acceder a un espectáculo puede venderse a través de terceras empresas, siempre que el recargo no supere el 20% de su precio en taquilla. Pero el consumidor debe tener ciertas precauciones para evitar los engaños

ARAGÓN NOTICIAS /

Las fiestas del Pilar están a la vuelta de la esquina y ya se han vendido miles de entradas vendidas para asistir a los conciertos y otras actividades culturales y taurinas que recoge el programa.  Aunque no siempre llegamos a tiempo de comprar la que nos interesa. ¿Qué pasa entonces? O nos resignamos, o no queda otra opción que acudir a la reventa. Una práctica que este sábado ha analizado el programa 'Objetivo', de Aragón TV.

Se trata de una práctica habitual y legal, en ciertas condiciones, que internet ha logrado sacar de las calles, donde siempre ha estado prohibida, para ponerla a tan sólo un click. Es cierto que en ocasiones es una mera transacción entre particulares, cuando vendemos una entrada a un conocido, habitualmente por el mismo precio que se pagó por ella. 

Lo que no es legal es adquirir entradas de manera masiva para especular y sin permiso de la organización. La norma actual, de carácter nacional, data del año 1982 y prohíbe la reventa callejera, aunque sí permite la autorizada. “Lo que hacía esa ley es establecer un porcentaje de entradas que debían venderse de forma directa por la organización, de un 80%; y un 20% que podían vender empresas que tenían derecho a recibir una contraprestación por la gestión realizada", explica José Antonio Sanz, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Zaragoza.

La reventa autorizada tiene condiciones.

En el caso de Aragón, la legislación establece porcentajes diferentes, del 75% para el promotor y el 25% dedicado a esas ventas con un recargo, que no puede exceder el 20% del precio de taquilla, gastos de gestión aparte.

Atención a las estafas

Y la manera de encontrar esas entradas que se nos habían escapado a través de intertnet, en portales web y aplicaciones móviles. Pero debemos asegurarnos de que son páginas autorizadas, porque de lo contrario, corremos el riesgo de quedanos sin dinero y sin espectáculo. Ocurre en muchas ocasiones cuando son particulares que ofertan entradas en plataformas de compraventa, que al final, resultan ser falsos. También se dan casos de phising, es decir, que entramos a una web que simula ser la oficial. 

Para evitarlo, debemos fijarnos en la barra, que la dirección comience por ‘https’ y tenga un candado de seguridad. “Eso significa que es una página segura. Además, cuando hagamos ese pago de esa entrada nos va a derivar a una plataforma de pago seguro, a diferencia de las páginas que sean suplantadas, en las que, generalmente, se va a poder hacer un pago a través de Bizum. Y eso, en realidad, en una página segura no se puede realizar”, explica Rubén Nido, portavoz de la Policía Naciones. 

Si aun así caemos en la trampa, se recomienda denunciarlo cuanto antes ante la Policía Nacional, que abrirá una investigación con el equipo de delitos tecnológicos para rastrear y dar con ese supuesto estafador que, según el delito cometido, podría incluso ir a prisión. "Las penas podrían ir desde una multa, si la estafa no supera los 400 euros, hasta tres años de prisión si es de más de 400 euros".

Y tenemos ejemplos muy cercanos. Por ejemplo, desde el Espacio Zity de Zaragoza, en el que se suceden multutud de conciertos durante la fiestas del Pilar, cuentan que en 2022 tuvieron casos de este tipo todos los días. "El más grotesco, por así decirlo, fue en el concierto de Bad Gyal vendieron 200 entradas que no eran válidas y hubo 200 personas que no pudieron acceder", recuerda Michel Pérez, codirector de este recinto. Y este 2023, tras vender 10.000 bonos en una sola tarde, al día siguiente detectaron una veintena de webs vendiendo entradas que eran falsas. "En nuestras redes sociales y en la web oficial del espacio no paramos de inisitir con este tema", señala. 

Por otro lado, cientos de personas sufrieron hace apenas unos meses una estafa relacionada con los conciertos que ofreció la banda Coldplay en Barcelona. Una de ellas fue Belén Álvarez, que acudió al evento con su madre, pero se quedó, literalmente, a las puertas. "Compramos unas entradas que resultaron ser falsas. Se las compramos a un chico que conoció una amiga nuestra. Ella contactó con él  a través de una red social, se dieron los números de teléfono y empezaron a hablar a través de Whatsapp. Él anunciaba en esa red social que vendía entradas de Coldplay”, explica. 

En esta conversación con el supuesto estafador, Belén preguntó si las entradas eran auténticas y, tras recibir unas fotos, accedió a comprarlas mediante una transferencia bancaria. "Íbamos con toda la ilusión y decidimos comprar en la reventa, en esta reventa con la emoción que te dejas llevar y no te paras a pensar que esas entradas pueden ser falsas", relata.

Más información para el consumidor

Muchas otras personas, como ella, contactaron con estafadores sin saberlo a través de la web Viagogo. En ella se llegó a revender la misma entrada hasta en un centenar de ocasiones. 

Por eso, ahora los juristas esperan que la ley europea de Servicios Digitales, que entrará  plenamente en vigor en enero de 2024, exija a las plataformas una mayor identificación de los usuarios para facilitar su rastreo en caso de estafa.

Y también deberán ofrecer información sobre el precio de taquilla y el que se ofrece en esa web, cuando la entrada es auténtica. "Apunta además a que debe dar información de cómo tiene que actuar el ciudadano en supuestos como que el evento no se lleve a cabo o aspectos como la devolución de cantidades",  explica José Antonio Sanz.

Si se suspende el espectáculo

Porque cuando un espectáculo se cancela, el empresario debe ofrecer alternativas y el cliente tiene derecho a la devolución íntegra de la entrada. Eso sí, si la entrada ha sido adquirida a través de una web de reventa, la devolución se limita al precio de la entrada en  taquilla. “Si pagamos de más, asumimos el riesgo de que ante cualquier cancelación solo recuperaríamos ese importe”, apunta Alejandro Marín, delegado de la organización de Consumidores y Usuarios.

Desde las organizaciones de consumidores también advierten de que hay que leer la letra pequeña para evitar las prácticas abusivas, porque la mayoría de las veces, dicen, se desatienden las reclamaciones de los usuarios amparándose en las condiciones generales. 

En otras ocasiones, son organizaciones criminales las que están detrás de este tipo de fraudes. "El problema es que entra el dinero automáticamente en una cuenta y sale a terceros países fuera del control de la Policía. Cuando caen estas organizaciones, en realidad los que caen son los que se llaman las 'mulas', la última parte del eslabón, que puede desconocer que se está cometiendo un fraude", aclara Marín.

Y es que los promotores sólo pueden solucionar los problemas de los billetes que se han comprado por los canales oficiales. Por eso, insisten en que tomando las precauciones correspondientes, nos aseguramos de que disfrutaremos del que creemos es el espectáculo de nuestra vida.