Queda desierto el concurso para la nueva Romareda y el Ayuntamiento propone una sociedad mixta

El concurso público para construir una nueva Romareda ha quedado desierto. A las 13:00 horas de este viernes ha terminado el plazo para que las empresas interesadas pudieran presentarse. Tras la renuncia del Real Zaragoza, no hay ninguna otra propuesta. El Ayuntamiento no renuncia al proyecto y ya ha empezado a estudiar nuevas fórmulas, como la creación de una sociedad mixta, con otras instituciones públicas y entidades privadas, como el propio club de fútbol.

La alcaldesa, Natalia Chueca, ya avanzó este jueves su intención de alcanzar consensos con instituciones, como el Gobierno de Aragón, el Gobierno de España y la Diputación de Zaragoza. Para reforzar esta iniciativa por parte del Gobierno de Zaragoza, se ha convocado un pleno extraordinario, en el que el PP pretende alcanzar el apoyo unánime de todos los grupos municipales.

Entre tanto, el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, ha detallado el desarrollo a corto plazo del proyecto del nuevo estadio: "Hay tres patas que van a sustentarlo: jurídica, económica y política. En estos ocho meses, el Real Zaragoza va a seguir redactando el proyecto constructivo del campo de fútbol y ese es el plazo".

El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha afirmado que es la alcaldesa de Zaragoza quien tiene que liderar el proyecto de La Romareda y que, a diferencia de lo que le ocurrió a él en la Alcaldía con el anterior presidente de la Comunidad, la "respaldará" y "ayudará" para que el nuevo estadio "se convierta en una realidad".

Una vez que el club de fútbol anunciará este jueves que no se presentará al concurso para la construcción del nuevo estadio, Azcón ha vuelto a pedir a los grupos de la izquierda en el Ayuntamiento que hagan "una reflexión profunda sobre lo que ha ocurrido" porque "tiene sus causas".

El nuevo estadio se remonta a 2002

La primera vez que se planteó un nuevo estadio de fútbol en la ciudad de Zaragoza fue en 2002, bajo el mandato del 'popular' José Atarés. Llevaba la firma del arquitecto catalán Ricardo Bofill y se pensó ubicarla en Valdespartera, por 54 millones de euros, pero el PSOE frenó el proyecto.

Dos años después lo retomó el socialista Juan Alberto Belloch, en la misma ubicación en la que está ahora. Las obras, diseñadas por el arquitecto Carlos Lamela, se llegaron a adjudicar por más de 70 millones de euros, pero el PP y el Partido Aragonés lo llevaron a los tribunales y las máquinas ya preparadas sobre el terreno volvieron a sus naves.

Belloch lo volvió a intentar en 2008. En este caso se llevó la idea al barrio de San José, con el arquitecto aragonés Joaquín Sicilia. La crisis impidió su construcción sin una financiación sólida para los 130 millones de euros estimados.

Este cuarto proyecto, de 140 millones de euros, queda ahora en el aire, aunque el Real Zaragoza ha puesto a disposición del Ayuntamiento su anteproyecto. En cualquier caso, los tiempos corren y la candidatura al Mundial de 2030 apremia.