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REGLAMENTO PENITENCIARIO

Cuándo y cómo puede elegir un condenado a prisión en qué centro ingresar

El juez puede permitirlo, pero "no es un derecho", advierten desde el Colegio de Abogados de Zaragoza. Instituciones Penitenciarias tiene la última palabra

ARAGÓN NOTICIAS /
Un pasillo con celdas de una prisión.
icono foto Un pasillo con celdas de una prisión.

Tras el pertinente proceso judicial y ya con sentencia firme, un condenado en España puede elegir en qué centro penitenciario ingresar para cumplir condena. Es el caso, por ejemplo, de la exalcaldesa de La Muela, Mariví Pinilla, que ha elegido la prisión de Pamplona para cumplir la pena impuesta por el juez. Es costumbre que el juez conceda a dicha persona un plazo determinado para que ingrese de forma voluntaria en la prisión que desee, pero si se cumple el plazo otorgado y no lo hace, además de la orden de busca y captura que se emite contra él, pierde la posibilidad de elección. 

Elegir cárcel no es un derecho, como indica el coordinador del Servicio de Orientación Penitenciaria del Colegio de Abogados de Zaragoza, David Burgos: "No está recogido en ningún sitio, aunque es algo habitual que permiten los jueces en casos de delitos leves o que no implican una peligrosidad. El criterio fundamental que va a tener el juez para llevarlo a cabo es la gravedad del hecho. Por un delito de terrorismo es difícil que se le permita a alguien ingresar voluntariamente en prisión", señala. 

Como explica este abogado, generalmente el juez concede unos días al condenado antes de entrar al centro penitenciario: "Sin duda es un tema que afecta mucho a la persona en cuestión, ya que si estás muy lejos de los tuyos, de tus familiares, es más difícil que te vayan a ver. Esos días que el juez da margen pueden ser importantes para poder preparar las cosas a nivel personal y familiar", manifiesta. 

La petición puede ser rechazada

Burgos explica que tampoco hay garantías de que el condenado ingrese en la prisión que desee: "La última palabra la tiene siempre la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, que puede rechazar la petición", indica. 

Además, el centro penitenciario puede denegar el ingreso por falta de plazas: "En Aragón no es un problema el hueco, ya que estamos viviendo unos bajos índices de criminalidad y el espacio ahora no es un problema, como sí ha sido en otra épocas. En Aragón, históricamente, hemos tenido déficit de población reclusa, hay más plazas que delincuentes. Todo lo contrario ocurre en el Levante, en la zona de Valencia y de Murcia, que ante la aglomeración, muchos cumplen condena en la cárcel de Daroca, que es la más próxima", destaca David Burgos. 

Pocos módulos de mujeres

La población reclusa en España es mayoritariamente masculina, y la gran mayoría de las prisiones no cuentan con módulos de mujeres, lo que limita a esta parte de la población la posibilidad de elegir centro. Como resalta el coordinador del Servicio de Orientación Penitenciaria del Colegio de Abogados de Zaragoza, en Aragón "solo la cárcel de Zuera cuenta con módulo de mujeres", apunta Burgos.

En la Comunidad hay cerca de 1.700 reclusos repartidos entre las cárceles de Zuera, Daroca y Teruel, y los Centros de Inserción Social (CIS), de Huesca y del barrio de Torrero en Zaragoza.