'Papify': una de las formas de viajar más utilizadas por los jóvenes del entorno de Zaragoza

A pesar de lo que pueda parecer por su nombre, 'Papify' no es una 'app' para viajar ni tampoco un nuevo medio de transporte. De hecho, ni siquiera se ha inventado recientemente; es más, muchos llevan años utilizándolo, aunque no lo llamaban así. Entonces, ¿qué es 'Papify'? Pues ni más ni menos que la forma cariñosa con la que los padres resumen una tarea que tienen que realizar por sus hijos muchos fines de semana: llevarlos y traerlos en coche a zonas de fiesta u ocio.

Se trata de un término bastante extendido en Cuarte de Huerva, una de las localidades próximas a Zaragoza con más habitantes. Así lo explica su alcaldesa, Elena Lacalle: "Somos un municipio que ha tenido un crecimiento exponencial, aquí viven muchos jóvenes y es habitual que los padres que tenemos entre 35 y 50 años, con hijos adolescentes, nos veamos en esto y tengamos que estar constantemente yendo y viniendo. Son chicos entre los 13 y los 17 años, porque a partir de entonces ya viajan en autobús solos sin problemas".

Lo corrobora Paloma García, una vecina de Cuarte. Actualmente sus hijos ya son mayores de edad, pero recuerda que su 'Papify' comenzó cuando su hijo mayor, Germán, cumplió 15 años y terminó cuando la pequeña, Inés, cumplió los 18. Aunque reconoce que, de vez en cuando, en las fiestas del Pilar, ambos vuelven a utilizar la 'aplicación' porque salen de fiesta y no pueden coger el coche para volver. "Me pongo el despertador a las cinco y media o las seis y me bajo a buscarlos en pijama".

Ser chófer de 'Papify' es, sin duda, un sacrificio, fundamentalmente porque los padres tienen que 'trabajar ' sobre todo en fin de semana y con horario nocturno, aplazando el descanso o el tiempo de ocio propios, como explica Elena Lacalle: "Al final estás vendiendo el poco tiempo libre que tienes, porque si los tienes que llevar y traer tampoco puedes hacer otras cosas, o ni siquiera tomarte unas cervezas con los amigos porque luego conduces". Noemí Cuesta, otra madre de la localidad, con dos hijas de 13 y 15 años, abunda en esto: "Lo hago por obligación, pero entiendo que el ocio es importante para ellas. Confío en que en el futuro aprendan a desenvolverse, pero tienen una edad que no es suficiente para desentenderte".

Eso sí, todos los sufridos chóferes coinciden en el momento en el que dejarán de ejercer: cuando sus 'clientes' cumplan 18 años y puedan conducir. Aunque, por ejemplo, Noemí confía en que sus hijas ganen cada vez más independencia para poder viajar solas en autobús cuando tengan 16.

En 'Papify' hay más usuarias que usuarios

La diferente percepción del riesgo que corre alguien que regresa a casa de madrugada según sea hombre o mujer también influye en la decisión de los padres de coger el coche para ir a recogerles. Por lo general, preocupa más que sea una joven la que vuelve a casa sola, por eso les cuesta menos arrancar el vehículo. "A Inés he ido más a buscarla que a Germán, me daba más miedo. Y con él quedábamos en la zona de Argualas, pero a ella iba a recogerla directamente en la puerta de la discoteca", dice Paloma.

Un adolescente usuario de 'Papify'. / Canva.

Además, en ocasiones los viajes se multiplican entre semana, cuando los hijos tienen que ir a entrenamientos o a realizar otras actividades en Zaragoza, como recuerda: "El último autobús a Cuarte sale a las 22:30 y ella terminaba de entrenar a las 23:00, así que tenía que ir a buscarla tres veces entre semana, más la del sábado".

Un ir y venir de viajes que también se traduce en gasto en gasolina, aunque a los chóferes eso no les importa, porque lo primero son sus hijos. Esos usuarios, desde luego, están encantados, porque la alternativa a 'Papify' para regresar a Cuarte es coger un taxi entre varios, que puede costar entre 15 y 20 euros. También se organizan en grupos los conductores ("en mi caso conductoras, porque la verdad es que éramos casi todas madres", puntualiza Paloma) para turnarse y, al menos, 'librar' algún fin de semana.

'Papify' no sería tan necesario si mejoraran las comunicaciones

Esta situación habitual en Cuarte no lo es tanto en barrios rurales de Zaragoza, como Santa Isabel, donde hay mejores comunicaciones con el centro de la ciudad. Por eso la alcaldesa cuartana, Elena Lacalle, recuerda que desde la localidad están luchando "para que no solo aumenten las frecuencias del autobús, sino que haya algún tipo de conexión con zonas de ocio como Puerto Venecia para que los adolescentes puedan ser un poquito más autónomos en ese sentido". Pide, por ejemplo, la creación de una vía verde en el Camino de la Fuente de La Junquera que se pueda recorrer en bicicleta o la mejora de los accesos e iluminación de la N-330. En este sentido, recuerda que en uno de los tramos de esa vía "robaron los cables de cobre y aún no se han restituido, y coincide con muchas paradas del 410, la línea de autobús de Cuarte".

Salida de Cuarte por la N-330. / Google Maps.

Hasta que mejoren las comunicaciones, muchos padres han optado por resignarse y organizarse con otros 'chóferes potenciales'. Es el caso de Beatriz Romero: "Soy consciente de que cuando mis hijas sean mayores y salgan siempre van a depender de autobús, taxi o de que las llevemos y recojamos. La mayor, que tiene 13 años, suele ir al cine a Puerto Venecia, así que quedamos con otros padres para que sea uno el que las lleve y otro quien las traiga de vuelta. Además, así también evitamos desplazamientos innecesarios".

En verano se multiplican las 'suscripciones' a 'Papify'

Paloma, como tantos otros padres, era chófer por partida doble. Veranea con su familia en un pueblo del Pirineo y, cuando llegan esos meses, lo hacen también las fiestas de los pueblos y las ganas de adolescentes y jóvenes de acercarse al de al lado para disfrutar del ambiente. Por eso es una de las temporadas altas de la 'aplicación', en la que más usuarios tiene. Ella nos cuenta que durante muchos años eran los progenitores los encargados de llevarles y traerles de madrugada a las localidades cercanas, aunque con el tiempo han optado por otras soluciones, como juntar dinero entre varios y alquilar un microbús para que sus hijos hagan todos juntos el camino de vuelta.

Reconoce que no siempre es posible esta opción, así que, entre risas, deja un consejo para quienes actualmente ejercen de chóferes de 'Papify' para sus hijos: "Que se armen de paciencia, que normalmente a los 18 años se pasa".