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ESPACIOS NATURALES DE BAÑO

El reto de evitar la masificación en ríos y pozas con la llegada del verano

Los ayuntamientos reclaman una normativa que regule un uso racional de estos espacios, cada año más concurridos

RAQUEL PLOU /
El salto de Bierge ha podido establecer controles de acceso al ser espacio protegido.
icono foto El salto de Bierge ha podido establecer controles de acceso al ser espacio protegido.

Llega el calor y cada vez más gente se anima a acudir los espacios naturales repartidos por todo Aragón para darse un baño. Muchas son las zonas de pozas repartidas por las tres provincias aragonesas que atraen cada año a más bañistas. Sin embargo, en los municipios que albergan estos espacios, están preocupados por la masificación que se va detectando también cada vez más, por lo que buscan medidas a su alcance para poder controlarlas.

Restricción de aforos

El Ayuntamiento de Bierge ya decidió, en 2017, limitar el aforo del popular salto de la localidad. “Hablamos con el Departamento de Medioambiente, el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y la Confederación Hidrográfica del Ebro. Hubo diferentes instituciones. Estuvimos todos de acuerdo en erradicar el problema de masificación. Recibimos bastantes quejas y alguna que otra alegación cuando se hizo, pero la gente al final lo entiende y es consciente de que había que mantener el estado natural de esta zona”, explica el alcalde, César Sánchez.

El año pasado este espacio permaneció cerrado toda la temporada de verano debido a la situación epidemiológica, pero esta semana ha reabierto sus puertas, con dos novedades. Por un lado, la construcción de unos baños de obra que están en la antigua central hidroeléctrica. También con la reserva y compra de entradas de manera online. Actualmente el precio a este espacio es de 3€ y tiene una capacidad de 188 personas.

En cuanto al aforo, Sánchez cree que “este año con el tema del COVID-19 está bastante asimilado”. “Pensamos que sí que vamos a tener afluencia. Esperamos tener la misma de otros años, pero vamos a tomar las medidas sanitarias necesarias”, añade.

Piden una normativa clara para regular la afluencia de bañistas

El salto de Bierge se encuentra en un Parque Natural y, por ello, ha podido establecer estas medidas. Sin embargo, en otros municipios no tienen tanto margen de maniobra. El Ayuntamiento de Aguaviva (Teruel) fue otro de los que se sumó a estas limitaciones la pasada temporada, pero en esta ocasión a través de los accesos al río Bergantes. Su alcalde, Aitor Clemente, asegura: “Se sumó el hecho de que ya veníamos con esta preocupación años atrás y ya lo teníamos en mente por el tema de que se estaba masificando cada vez más y el año pasado el tema sanitario fue la gota que colmó el vaso para ayudarnos a dar el paso”.

Este verano el municipio trabaja con una previsión muy parecida a la del 2020. Aunque no tiene potestad para actuar en materia del aforo de los bañistas, sí se restringe el número de coches que pueden aparcar, entre 10 y 15. “Por las propias características del espacio es muy difícil poder limitar el número de bañistas, incluso por tema de competencias, porque hay varias administraciones implicadas, la Confederación Hidrográfica del Ebro, varios ayuntamientos… Entonces creíamos que lo más práctico y sencillo era acotar el número de vehículos”, afirma Clemente. También destaca la coordinación que tuvieron desde el consistorio con el municipio de La Ginebrosa, ya que el río Bergantes se encuentra en medio, por lo que cada ribera pertenece a una localidad.

De la misma manera, en el Pozo de los Chorros de Belchite (Zaragoza), el baño no está permitido porque las aguas no están bien tratadas, pero es una zona con acceso libre que no está controlado, explican desde la Oficina de Turismo de la localidad. Al ser una zona de baño entre Almonacid de la Cuba y Belchite, ninguno de los dos pueblos tiene permiso para actuar en la zona. “A veces sí que acude la Guardia Civil, no por las masificaciones, sino porque el pozo tiene muchas fincas privadas alrededor y mucha gente aparca los coches y ahí no pueden estar”, apuntan.

La preocupación por la alta afluencia de gente también ha llegado al municipio de Las Peñas de Riglos, en el límite de la comarca de la Hoya de Huesca con la Jacetania. Su alcalde, Juan Francisco Torralba, considera que este año la situación va ser “igual o peor que otros años”, puesto que estos fines de semana de junio ya se han visto saturadas las pozas de la zona. El alcalde también considera un peligro las condiciones en las que los bañistas acuden a las pozas situadas cerca del embalse de La Peña. “La gente aparca en la carretera, llegando a obstaculizar el tráfico. El año pasado ya tuvimos una reunión con Delegación del Gobierno y Tráfico para buscar una solución. Quedamos en que iban a hacer un informe, pero todavía no lo han hecho llegar”, concluye.

Desde todos los municipios coinciden en que, aunque este año se haya abierto un mayor número de piscinas y se hayan relajado algunas medidas, la gente seguirá acudiendo a estos espacios.