Las motas y los diques, imprescindibles para minimizar los daños

En los últimos años se han acometido varias obras en infraestructuras esenciales para los municipios que viven pendientes del Ebro. Estudiando el cauce y por dónde se desborda, se han ido construyendo nuevos diques o  se han ampliado zonas inundables. Se trata de intentar "engañar" al rio para minimizar daños en las poblaciones.

El agua es incontrolable, pero se puede intentar encauzar, y esa es la clave para defender los cascos urbanos. Motas o barreras artificiales protegen las calles y frenan al río. En los últimos años, tras estudiar por dónde se desbordaba el Ebro, se han creado nuevas defensas y se han cambiado de ubicación o han crecido en altura. 

Se añaden además tratamientos de impermeabiliización, sobre todo en la parte baja de los puentes. Como han explicado en exclusiva para Aragón TV desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), "nunca hay dos avenidas iguales". 

"El cauce no es el mismo porque ha experimentado actuaciones, obras de mejora, zonas de inundación controlada y actuaciones distintas en las motas y obras de emergencia", explica Marisa Moreno, jefa de Hidrología de la CHE.

Cabañas de Ebro es un ejemplo claro del riesgo al estar tan cerca del rio. En un episodio de crecida, la fuerza del agua se dirige directamente al pueblo, por eso se han creado zonas de alivio -una especie de brazo artificial del rio-. El agua escapa por allí reduciendo la altura con la que choca en las barreras perimetrales de la localidad. 

Existen zonas inundables en todo el tramo medio del Ebro, que evitan desbordamientos incontrolados. Solo en los últimos tres años se han diseñado zonas que abarcan algo más de 100 hectáreas. Defensas artificiales para que intentar desbordar mejor el rio, priorizando salvaguardar a las personas.