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LUZ Y CALEFACCIÓN

La Universidad de Zaragoza ha gastado ya el 70% de su presupuesto para energía

La institución trabaja en medidas para reducir los gastos y aborda un plan de ahorro para el futuro

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de una clase de la Universidad de Zaragoza.

La Universidad de Zaragoza ya ha gastado este curso el 70% de la cantidad presupuestada para energía, cuando en años anteriores la cifra a mediados de marzo se situaba en un 40%, una situación que no es ajena a lo que sucede en el resto de las entidades públicas y empresas y lo que obliga a establecer medidas de choque y abordar un plan de ahorro a futuro.

Por ello, el rector José Antonio Mayoral, acompañado por el gerente, Alberto Gil, y el vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructuras, Ángel Pueyo, han explicado este lunes, las medidas en las que trabaja la institución académica para ayudar a reducir la desviación del gasto energético en unos tres millones y que podría llegar este año a los ocho si no se acomete ninguna acción. Este plan fue aprobado por el Consejo de Dirección el pasado 9 de marzo.

Se trata de trabajar en la situación actual y sobre todo "de futuro" porque la situación de la Universidad "no es diferente" a la a la que sufre el sector público y las empresas de país, y la previsión de incremento del coste de la energía "sería inasumible con deuda a corto plazo", han destacado en rueda de prensa los responsables de la institución.

La calefacción se apagó el 15 de marzo

Esta situación ha obligado a tomar medidas de choque para "racionalizar", como el adelanto del periodo de calefacción al 15 de marzo en vez del 1 de abril habitual y su limitación horaria y por tramos de temperaturas, que también se intentará hacer con la climatización en determinadas horquillas de calor, o la ventilación en las aulas, a cuya propuesta ha dado este lunes el visto bueno la dirección general de Salud Pública por la necesidad de mantener el "equilibrio" en la lucha contra la pandemia.

Así, se establece que se realizará ventilación natural de forma diaria pero "sólo al inicio y final de la jornada y de las aulas después de cada un, por espacio máximo de diez minutos, para permitir la renovación del aire", según Gil.

No se ha planteado el cierre de instalaciones ni se ha cambiado ningún horario hasta el momento para reducir el coste pero sí se trabaja de forma paralela en la "sectorización de espacios" para que, por ejemplo, una sala de estudio pueda funcionar sin calefactar los edificios asociados a la misma, sobre todo de cara al próximo curso porque este "ya está planificado" y de lo que se trata, según Mayoral, es de "trabajar con cada centro para ver cómo optimizar los horarios porque cada uno es diferente".

Por tanto, las salas de estudio y bibliotecas de la Universidad de Zaragoza seguirán abiertas aunque se van a independizar espacios para no activar los recursos energéticos de diferentes edificios.

Más de cinco millones para electricidad

El gerente, Alberto Gil, ha explicado que ya el pasado año, en situación prebélica, la Universidad de Zaragoza pagó dos millones más de euros, un 52% más de energía y gas que en 2019, pese a que se redujo un punto el consumo, debido al aumento de precios y ha añadido que el importe presupuestado para electricidad este año supera los cinco millones.

Dependiendo de los escenarios posibles que se puedan dar en el futuro, la Universidad prevé que pueda ser el coste real de 10,9 millones si se mantiene la situación como está; de 12,7 con el precio "más desbocado"; de 7,9 si se llega a cabo la propuesta anunciada por el Gobierno de limitar a 180 euros el megavatio hora o de 6,7 si se cumple la reducción de un 20% en la factura de la luz que prevé el Gobierno.

Estas medidas se complementan además con actuaciones en materia de sostenibilidad que se incluyen en el contrato programa acordado con el Gobierno de Aragón, que podría firmarse esta semana, y en el que habrá que seguir trabajando porque el aumento de costes podría retrasar algunas previsiones, según Pueyo, quien ha resaltado la importancia de la "colaboración social" en materia de ahorro energético.