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La falta de componentes asfixia al sector de la bici: "Si no hay sillines, no se puede vender"

Comerciantes y usuarios aceptan con resignación una crisis "inédita" que impide cubrir el elevado volumen de demandas

ARAGÓN NOTICIAS /
Un trabajador de Scott Concept Store repara una bicicleta.
icono foto Un trabajador de Scott Concept Store repara una bicicleta.

La crisis de semiconductores no solo afecta al sector de la automoción. La falta de componentes también asfixia a los amantes de la bicicleta, un medio que ha multiplicado “exponencialmente” sus adeptos en los últimos meses. Sin embargo, la altísima demanda de los usuarios confronta con la ausencia de bicis en las tiendas, provocada por la crisis de materiales que impiden cubrir todas las solicitudes.

“Hace un par de años, el cliente elegía un modelo y, en un par de días, llegaba a la tienda. Ahora, dadas las circunstancias, intentamos tener un stock lo más variado posible. Algunas marcas te dan plazos de entrega entre seis y ocho meses, mientras que otras trabajan para la temporada 2023 porque no esperan recibir repuestos a medio plazo”, señala Alejandro Villacampa, propietario de El Taller de la Bici.

Su comercio abrió las puertas en 2014 y nunca había vivido una situación similar. “Ahora buscamos en muchos almacenes para hacer los pedidos, mientras que, antes, con el mismo proveedor, encontrábamos todo. Si hubiéramos sabido lo que nos venía, hubiéramos comprado más cantidad para abastecer toda la demanda”, confiesa.

Pero no solo ha aumentado el interés por la compra, las reparaciones de bicicletas viejas o de segunda mano también han crecido. “Esta semana, en un solo día hemos recibido casi 20 bicis para reparar”, advierte el trabajador, que en plena pandemia tuvo que trasladarse a un local más grande para poder cubrir todo el volumen de trabajo.

De cara al futuro, la previsión es que la demanda continúe al alza. Siempre, eso sí, pendientes de cómo evolucione la crisis de los componentes. “Estamos preocupados por esa falta de materiales, sobre todo ante la llegada de fechas importantes como la Navidad”, sentencia Alejandro.

Aumenta la facturación

En la misma línea trabaja Jorge Lúcia, responsable de Scott Concept Store. Un comercio que, fruto del repunte en las ventas, ha aumentado notablemente su facturación. “Hemos tenido que implementar la plantilla, tanto en vendedores como en mecánicos. Afortunadamente, tenemos stock porque hemos reforzado los pedidos y hemos hecho una apuesta más arriesgada que otros años”, explica Lúcia.

La ausencia de componentes también ha afectado a las ventas. “Antes hacíamos pedidos en 24 horas. Lo pedías hoy y mañana estaba aquí. Ahora, las marcas solo nos avisan cuando va a llegar una bici 20 días antes…”, dice. Tanto las marcas como los comercios temen dar una fecha de entrega al cliente por si después no pueden cumplirla.

Más que retrasos, hay una brutal inestabilidad. A diferencia de otros años,  los plazos de entrega son inciertos y con determinados modelos el hecho de confirmar una fecha no es ser realista. Alguna bici se ha retrasado por la falta de componentes, pero también hemos entregado ya alguna bicicleta prevista para octubre. Si no hay sillines o frenos, no se puede vender”, asegura Lúcia, que concluye con un mensaje repleto de honestidad ante la escasez de bicis: “Nosotros les decimos a los clientes que, si encuentran algo que les encaja en otra tienda, lo compren”.

"He esperado casi seis meses para recibir mi bici"

Uno de los muchos amantes de la bici que han sido víctimas de la crisis de materiales es el oscense Miguel Moreno. Residente en Jaca, compró su bicicleta el pasado mes de febrero y no la recibió hasta finales de julio. “La situación es surrealista, pero ya me advirtieron en la tienda que habría demora”, señala con resignación.

“En mi caso, ya tenía una bicicleta de montaña y con esta buscaba una gama superior, así que el perjuicio no ha sido tan grave. Tengo amigos que también han tardado entre dos y cuatro meses en recibir su bici”, concluye.

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