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ANIVERSARIO

La Expo de Zaragoza cumple 15 años con un amplio legado y alguna asignatura pendiente

El recinto Expo sigue avanzando como parque empresarial pese a la situación de los pabellones de España y Aragón. La muestra, además, dejó nuevas infraestructuras y un recuerdo que aún perdura

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto El meandro de Ranillas sufrió una transformación total con la Expo 2008. / Cartv

El próximo día 13 se cumplen 15 años de la ceremonia de inauguración de la que se hizo llamar 'la mayor fiesta del agua en la Tierra'. La Expo 2008 cambió para siempre las infraestructuras de la ciudad y le regaló una nueva silueta. Un evento que caló en todo aquel que lo visitó durante los 93 días que duró, y que dejó un extenso legado en forma de infraestructuras para la ciudad o el transformado espacio en el meandro de Ranillas, que acogió el evento. Un legado material que la ciudad ha aprovechado, aunque con algunas asignaturas pendientes, pero ese legado va más allá. El programa 'Objetivo', de Aragón TV se sumerge este sábado (13:25) en el recuerdo y en todo aquello que la Expo dejó a la ciudad.

El recinto de la avenida de Ranillas que conformó el centro neurálgico de la Expo ha dado paso a un parque empresarial cuya ocupación ronda el 90%. En él trabajan 4.500 personas  todos los días. Pero el camino hasta allí no ha sido fácil como recuerda el gerente de Expo Empresarial, Pedro Sas: "Al principio costó mucho. Sangre sudor y lágrimas. Empezó en 2010 con la reconversión de los primeros edificios en oficinas. Después, en 2011 y 2012, se reconvirtieron los edificios Actur en la Ciudad la Justicia".  Pero no todo ese gran recinto está aún recuperado. Es el caso de los llamados 'cacahuetes' para los que, recuerda Sas, "hay un proyecto de 504 alojamientos en régimen de alquiler para jóvenes".

El director de Expo Empresarial espera que la Torre del Agua pueda recuperarse para albergar diferentes actos tras la licitación de las obras de adecuación del edificio, uno de los símbolos de la muestra internacional. Fue el símbolo de la Expo, pero no ha sido el único edificio icónico que dejó el evento. Junto a ella, está el Palacio de Congresos, el Alma del Ebro, la pasarela del Voluntariado, o el puente del tercer Milenio, todos ellos en uso. Pero entre todos, destaca el espectacular Pabellón Puente de Zaha Hadid, recientemente recuperado para albergar Mobility City.

El Palacio de Congresos, una de las instalaciones más importantes que dejo la Expo.

Pero 15 años después, el legado de la Expo aún tiene asignaturas pendientes importantes. Edificios como el pabellón de España o el pabellón de Aragón, permanecen cerrados desde el fin de la muestra. El de Aragón se plantea como sede de la futura Agencia Estatal de Salud Pública, pero en cualquier caso, ambos presentan un deterioro evidente. Miguel Ipas, de la asociación Legado Expo, denuncia esta situación: "Lo que tendría que ser un paseo del arte acompañando a la naturaleza del río, hoy está completamente abandonado y dejado". 

Los 2.000 voluntarios, otro legado de la Expo

Para hacer posible aquel sueño fue necesario el trabajo de los voluntarios y más de 2.000 personas contribuyeron a ello. Voluntarios Zaragoza ha cogido el relevo a ese legado social. Con el mismo entusiasmo que hace 15 años, asisten en carreras, apoyan a los servicios de turismo o realizan visitas en la casa Amparo. 

Para Ricardo Gracia, fue una motivación, ya que estaba a punto de jubilarse. "Me tocó llevar bocadillos con una furgoneta a los compañeros en los puestos en los que estaban distribuidos. Cuando acabó la Expo seguimos de voluntarios pero haciendo otras actividades". El expresidente de Expo Zaragoza 2008, la sociedad que gestionó la muestra, Roque Gistau, reconoce que tenía "poca fe en el voluntariado", pero recuerda que hubo "menos absentismo en los voluntarios que en los laborales". "Había voluntarios para todo, era una pasada. ¡Una pasada!", explica.

Un mensaje que aún sigue vigente

Roque Gistau y el entonces alcalde, Juan Alberto Belloch, fueron los encargados de gestionar aquel impulso cultural e intelectual que fue la Expo. 
Belloch recuerda que eso supuso "movilizar unos presupuestos que nunca había visto la ciudad. Ni que verá, seguramente. El Tercer Cinturón, el Cuarto, los puentes, etc.". Gistau recuerda la vigencia del mensaje que transmitió la muestra: "Se le dedicó tiempo a la sequía, al cambio climático, a la desalación, etc. todo lo que ahora suena como nuevo". Belloch, por su parte, cree que la herencia de Expo es la herencia más importante que ha tenido Zaragoza en último siglo".

Fluvi y otros espectáculos para el recuerdo

Si algo caracterizó la Expo fue su mascota Fluvi, que representaba una gota de agua. En forma de 'souvenir', en los míticos vasos que todavía rondan por las casas y, sobre todo, en la memoria colectiva. Pero también quedaron en la memoria de todos espectáculos como los desfiles diarios del Circo del Sol, o la apuesta innovadora del Hombre Vertiente, que deslumbró a 830.000 espectadores.

Todo ello sin olvidar el iceberg que cada noche sorprendía en directo a las multitudes que se congregaban en las gradas del frente fluvial. Un show que fue posible gracias a la tecnología hecha en Aragón. Teresa Seco, ingeniera de Robótica del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), recuerda que "fue un reto muy grande por el volumen, porque estábamos aplicando la tecnología de pequeña escala a una cosa muy grande y por eso intervino mucha gente del ITA en simulación, control, comunicaciones o electrónica para que todo funcionara".