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Encontrar el amor con más de 60 años, una opción cada vez más habitual

Más de 61.000 mayores de 60 años viven solos en Aragón. El amor es una manera de combatir esa soledad. Aunque todavía sigue sin ser bien visto a veces, el amor a edad madura está en alza

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Más de 300.000 personas en Aragón tienen más de 65 años.

En Aragón hay cerca de 300.000 personas mayores de 65 años y 61.000 de ellas viven solas. La soledad no deseada es considerada por los expertos el mayor factor de riesgo para la salud física y mental en esta parte de la vida, y también lo que más lleva al suicidio. La compañía y el amor es la mejor forma de combatirla y la mayor esperanza de vida, también aumenta las posibilidades de encontrar el amor en una edad tardía. Aunque a veces, todavía es un tabú. El programa 'Objetivo' de Aragón TV aborda esta cuestión este jueves (21:45) con testimonios de algunas parejas. 

Es el caso de María Bernad y Eugenio Climent. Aprendieron a bailar tango después de los 45 años. María publicó su primer libro con 47 y abrió su blog con 55. Eugenio se hizo catedrático con 68 y, a los 70 se fueron a vivir juntos y llevan ya un año y medio. "Antes no hemos podido por cuestiones familiares, porque cada uno tenía a su cargo a su madre y era preferible tenerlas en nuestras casas respectivas. Primero se murió mi madre y unos años después la suya y ya pensamos que era el momento, que ya no teníamos excusa", explica Eugenio. Ambos están jubilados, pero Eugenio sigue dedicándose a las tareas de investigación que hacía en la Universidad, mientras María sigue escribiendo, su afición favorita.

María y Eugenio viven juntos desde hace más de un año.

Ambos han tenido relaciones anteriores, en las que tuvieron hijos. Coinciden que enamorarse de mayor es muy distinto y ambos se sienten felices. "Felices, felices, sí sí. Pero es una felicidad en la que cabe toda la felicidad que hemos vivido en otros momentos. No hay nada que quitar", explica María.  

Las relaciones entre mayores, cada vez más habituales por el aumento de la esperanza de vida, es un asunto que no entra todavía en los estándares sociales. Por ello, son muchos quienes lo consideran un tabú. El psiquiatra especialista en psicogeriatría del hospital San Jorge de Huesca, Javier Olivera, cree que sí hay un tabú hacia que una personas mayores besándose en público: "Hay personas que critican esa situación o que incluso les repugna esa imagen".

A ello, hay que sumar muchas veces el recelo que las nuevas parejas originan en los hijos. Entre otras cosas, por motivos económicos. Eugenio Climent entiende esa preocupación, pero también cómo solucionar el problema: "Seguramente los propios padres también tengan la preocupación de decir resulta que lo que han estado ganando mi padre y mi madre, ahora se lo va a llevar la otra o el otro. Eso es muy sencillo de arreglar. Que vayan a un notario o a un abogado que les explicará lo que hay que hacer perfectamente". 
 
Para el psicólogo Javier Olivera, los mayores solo piden comprensión: "Es muy triste cuando a mí en la consulta me dicen 'no me atrevo a contárselo a mis hijos o mis hijos me han dejado de hablar porque yo me he quedado viudo y he empezado una relación con una señora que conocía', y se lo han tomado fatal". Para Olivera, "hay que colocarse en esa situación". y pensar que ocurriría si estuvieran en la misma situación y se presentara esta oportunidad.

No pueden vivir el uno sin el otro

Otro caso es el de Emilio Aso y María Pilar Oriol. Se conocieron hace tres años en una residencia. Ella me sonrió y yo capté el mensaje de que le era grato. Y yo, galán, le sonreí", explica Emilio. "Y yo a él" , contesta María Pilar. Y de allí, a aceptar la invitación a un café y, concluye ella, "ya no nos separamos ningún día". Reconocen que ya no pueden vivir el uno sin el otro por lo que se presentaron a la familia: "ya vieron que allí habia algo entre nosotros. Algo que podía sernos, primero, para nuestra personalidad, equilibrante para romper la soledad que hay aquí", explican.

La psicóloga Teodora Buzgao explica que, en este caso, el hecho de que uno sea el apoyo del otro "les da esa sensación de que siguen aportando, de que siguen teniendo amor, amor para dar. Se nota mucho en su estado de ánimo, en su día a día, se mantienen muy activos, buscando siempre actividades para hacer juntos". Cuando en la residencia se percataron de la relación, una de las empleadas sugirió que compartieran habitación. "Eso nos gustó mucho. Fue tanteo. El flirteo es una cosa y el convivir otra. Pero cada vez nos gustaba más y estábamos más unidos" explica María Pilar. La pandemia, sin embargo, les puso a prueba y en algún momento, hubo que aislarlos. Pero "Pilar iba en busca de Emilio. El amor rompía todas las barreras", explica Teodora.

Emilio y María Pilar han encontrado el amor en su residencia.

La pareja reconoce que la familia lo tomó con cautela porque "amoríos a ciertas edades no es fácil que quede en nada consistente", explican. Pero ahora, aseguran no es un obstáculo: "La familia viene, pero la familia se va. Están aquí una o dos horas, tomamos un café, pero cada cual tiene su trabajo y nos dejan aquí". María Pilar debe tomar medicación porque padece Parkinson, pero él no toma medicación. Sin embargo, a sus 88 años, reconoce que no hay sexo en su relación. "Pero se puede entender como caricias, abrazos...", explica ella, a lo que responde Emilio: "Besos, muchos. De una manera más leve, pero claro que hay. Lo que no voy a ponerme yo con la química", asegura. Y María Pilar deja este consejo a la gente de su edad: "Si una pareja así como nosotros se enamoran, que sigan. Que es muy bonito".