El sector del libro combate la falta de relevo generacional y la venta 'online' con calidad y criterio de selección

El informe sobre los hábitos de lectura del Ministerio de Cultura de 2023 recoge que las cifras se mantienen estables desde la pandemia y crecen cinco puntos desde 2012. Más del 68% de la población lee libros y más de la mitad lo hace de manera frecuente. La lectura en menores sigue siendo muy mayoritaria. Son los datos que sirven de referencia para hacer una radiografía de un sector que sobrevive a pesar de las dificultades por la falta del relevo generacional y de la amenaza de la venta por internet. 

Aragón se posiciona entre las seis comunidades autónomas cuya cifra de lectores está por encima de la media de España. Eso se demuestra también entre el gremio de editores, que ha crecido hasta sumar 56, lo que pone de manifiesto que “ha crecido el pulso editorial”, tal y como explica el presidente de Aeditar, Rafael Yuste, que confía en unas perspectivas de futuro “continuistas”. 

La Feria y el Día del Libro son “una gran oportunidad” para editores, escritores y libreros que se unen para dar brillo a un sector que “vive un buen momento, al que contribuye la pujanza de los escritores aragoneses que están en primera línea”, asegura Yuste. Después de Barcelona, el de Aragón es el mejor Día del Libro de toda España.

El hecho de estar en una de las zonas donde más se lee en España es también una muestra de que “se están haciendo las cosas bien”. En Aragón se publica, de media, entre los 2.500 y los 3.000 libros al año, pero es necesario, apunta Yuste, ir más allá: “Profesionalizar el sector y que se impulsen políticas claras para incentivar las lecturas en los centros educativos, porque se ha demostrado que las actividades con libreros y escritores así lo favorecen”. 

Profesionalidad, criterio y cercanía frente a la venta 'online'

Los libreros hacen frente a las amenazas constantes, como otras opciones de ocio o la venta online, y lo hacen “tratando de cautivar a su cliente con su profesionalidad y su criterio”, señala Óscar Martín, presidente de la Asociación Librerías de Zaragoza. Cada semana pasan por sus manos unos 10 o 15 libros, algo necesario “para poder recomendar después a los clientes”. El trato cercano y el conocimiento en profundidad de los libros y de sus autores se convierten en la herramienta principal para conectar con la persona que busca un libro; algo que les diferencia de la compra por internet.

Los libreros no se han quedado de brazos cruzado y buscan las opciones de mantenerse con librerías especializadas u otras posibilidades, pero son conscientes de que, como el resto de los comercios, conviven con la amenaza de encontrar un relevo generacional y del mercado digital. "La franja de edad de la parte ancha de la pirámide es la que se jubilará en los próximos 15 años y ahí es donde estará el gran problema”, explica Óscar Martín. 

Pese a todo, las librerías tradicionales siguen siendo el principal canal para la compra de libros, hasta para el 45% de las personas que los adquieren lo hacen en estos establecimientos, mientras que en internet baja hasta el 26%. 

En más del 76% de los hogares con menores de seis años los padres leen a sus hijos pequeños y el 86% de los niños y las niñas entre seis y nueve años lee en su tiempo libre. De hecho, la literatura infantil y juvenil representa un importante “enganche” para los lectores más jóvenes y es un sector en continuo crecimiento. La lectura en los hogares y las actividades en los centros escolares “resultan fundamentales para mantener estas cifras de jóvenes”, entre los que hay lectores ocasionales, pero también otros que “devoran los libros”, subraya Óscar Martín. En la lectura infantil es importante inculcar el hábito, que asegura el librero “será la base del futuro lector”. 

En cuanto a la temática, Martín destaca que lo que más se lee son la novela negra y la novela histórica, así como los libros de autoayuda, pero también ha crecido de manera significativa la lectura de manga y cómic.

“Detrás de cada libro hay una peripecia”

Hay nombres de escritores aragoneses reconocidos por su calidad y porque están en lo más alto de venta literaria, como Irene Vallejo, Ignacio Martínez de Pisón, Sergio del Molino o Manuel Vilas, pero son muchos los nombres de escritores que cada año publican en Aragón. 

Como asegura Pilar Aguarón, de la Asociación de Escritores, es fundamental que “te respalde una editorial grande”, si no es así, dice, “la posibilidad de vender es escasa”. Un escritor se enfrenta no solo a escribir un libro, “que debería ser lo más importante”, sino a su posterior publicación y venta. Y es ahí donde se ve que “detrás de cada libro hay una peripecia”, explica. El objetivo debería ser escribir, incide Aguarón, pero después “la ganancia para el escritor es del 10% de la venta”, eso hace que los escritores que vivan de la literatura rocen el 1%.

La complejidad para los escritores es que su labor “está relacionada con el talento creativo, que no siempre combina bien con el hecho de que sea un negocio”. La solución que encuentran los escritores es la autoedición y son muchos los que aceptan publicar pero sin ganancias, subraya Pilar Aguarón.

A las dificultades por las que pasa un escritor se añaden las tendencias en la literatura. “Hoy en día no habría editorial que publicase ‘Cien años de soledad’ porque no es comercial y la sociedad se ha frivolizado e infantilizado”, afirma Aguarón, quien incide en que "los artistas son el reflejo de la sociedad". 

Pese a todas las dificultades, concluye: “Cuando estás escribiendo un libro, eres feliz. Ese es el momento de más creatividad, de más libertad y en el que se da fuerza a los personajes; después, llega el momento duro que es enfrentarse al mercado”.