El adiós al cable de cobre: el final de la telefonía convencional y sus más de 150 años de historia

El día que Graham Bell consiguió realizar una llamada entre dos puntos mediante un sistema de impulsos eléctricos arrancó una era absolutamente revolucionaria en el mundo de las comunicaciones. Eso ocurrió en 1871. Por el camino, la tecnología se fue desarrollando hasta nuestros días, pero siempre con las conexiones metálicas como elemento diferencial en la conducción del mensaje. Hace 10 años y con el fuerte empuje de la fibra óptica, Telefónica puso fecha de caducidad a todas sus centrales de cobre, el 19 de abril de 2024, que coincide con el 100 aniversario de la madre de las compañías de telefonía en España.

"El final del cable de cobre significa decir adiós a un hito tecnológico en la historia de las comunicaciones", reconoce el decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de Aragón. Hace un siglo, añade Javier Mateo, el trabajo de ingeniería que supuso "cablear todo el territorio fue algo importantísimo" en aquellos años 20. El último servicio del cobre fue el ADSL. Los datos también circulaban por los cables convencionales, pero con un alto coste económico y una capacidad limitada. 

Uno de los problemas que le han surgido a Telefónica es que, a nivel estatal, 440.000 usuarios no se han mudado a la fibra, y eso va a suponer que se queden sin esta conexión a la red. En Aragón todavía quedan unas 400 centrales de cobre que irán paulatinamente yéndose a negro. Vodafone España también lleva años con este planteamiento y en tres meses cerrará definitivamente el total de las suyas, para decir hasta siempre al ADSL.

La fibra, presente y futuro

"El cobre se ha quedado corto", argumentan estos profesionales. Su capacidad es limitada, dicen, y además su "mantenimiento tiene un coste muy elevado". Donde antes había un ancho de banda para un megabyte, ahora caben 300. Y por si no fuera poco, está la estabilidad del servicio. Con la fibra, "o funciona o no funciona, pero no tiene oscilaciones en la calidad de la señal, ni cortes", explican. Algo básico para, por ejemplo, poder ver la televisión en 'streaming'.

Actualmente, en Aragón, según los datos de la Consejería de Hacienda y Administración Pública, el 98,7% de los núcleos urbanos dispone de banda ancha con cobertura igual o superior a 100 Mbps. Lo que ocurre es que la particularidad geográfica de la Comunidad imposibilita que el 100% de las zonas dispongan de fibra. Telefónica abarca el 71% del territorio. "También Embou ha hecho un importante esfuerzo por llegar a esas localidades más pequeñas", afirma Javier Mateo. Aún así, las telefonías deben asegurar el suministro a todas las zonas pobladas, y por eso la alternativa a la fibra es la señal 4G y 5G y las comunicaciones vía satélite. Son soluciones que sirven para granjas aisladas o gasolineras de carretera. 

Este gran cambio tecnológico no es común a todo el mundo. "España es el segundo país del mundo con acceso a fibra", aseguran desde el sector. "Acabar con el cobre es bastante novedoso", añaden las mismas fuentes, y recuerdan que las comunicaciones del país están a la vanguardia del continente. "Esto se pudo ver durante la pandemia -inciden- con una red estatal perfectamente preparada para lo que ocurrió, es algo de lo que no han podido presumir en muchos países de la Unión Europea", sentencian.