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CURSOS DE VERANO

Aprender para lograr enseñar por qué un caramelo no es un refuerzo y una bronca no es un castigo

Más de mil personas se inscriben cada año en los cursos de verano de la Universidad de Zaragoza. Este taller práctico se realizará del 13 al 15 de julio en Jaca

MADALINA PANTI /
icono foto Este curso se dirige al alumnado especializado en educación o sector sanitario. / Pexels.

La coyuntura de los problemas actuales representa cambios constantes que a menudo están fuera de control, lo que revela la necesidad del cuidado de la salud mental. En la infancia o la adolescencia, el manejo de estas emociones negativas supone un reto tanto para padres, maestros o profesionales. Por tanto, se requiere de herramientas y técnicas para reconocer emociones, pensamientos o conductas y poder abordarlas de una manera efectiva.

Es la temática que aborda el curso de verano extraordinario de la Universidad de Zaragoza bajo el título de ‘Emoción y conducta en la consulta y el aula. Porque un caramelo no es un refuerzo y una bronca no es un castigo’ que se realizará desde el 13 hasta el 15 de julio en Jaca. Se trata de un taller práctico realizado por profesionales de la educación y de la Asociación de Trastornos Depresivos de Aragón (AFDA). Según Héctor Morillo, coordinador del curso, éste surge por la necesidad de abordar los conflictos emocionales en población infanto-juvenil: “Entre los 19 y los 25 años, el mayor riesgo es el suicidio. Hoy en día, las clínicas están a rebosar de personas demandando herramientas, técnicas y cierta filosofía de cómo abordar esto”. Samara Sáez, psicóloga de AFDA, también recalca este hecho, "todos estos problemas emocionales se están empezando a catalogar como la primera causa de pérdida de bienestar. Las problemáticas no van a desaparecer pero podemos hacer que se reduzcan".

Más de mil personas se inscriben cada año en los cursos de verano, en las modalidades de Cursos Extraordinarios y Cursos de Español como Lengua Extranjera y acogen cada edición a alumnado de más de veinte nacionalidades. Algunos de ellos siguen teniendo disponibilidad de plazas, que se puede gestionar a través de la web

Se pone de manifiesto la necesidad de manejar las emociones negativas en infantes o adolescentes. / Pexels.

Desarrollo de futuros profesionales

Este curso se dirige al alumnado especializado pero también profesionales o público en general interesado en ampliar conocimientos sobre esta temática. “El año pasado en su mayoría fueron maestros, psicólogos, trabajadores sociales. Siempre, o bien del ámbito de educación, o sanitario”, indica Roberto Buil, psicólogo de ADFA. El objetivo es que sepan reconocer las necesidades del alumnado: "En las aulas queremos que se callen o que presten atención, pero el grupo tiene su propia personalidad, funcionan con determinados patrones. Como profesionales tenemos que reconocerlos y saber cuándo un caramelo es un refuerzo y cuándo una bronca es un castigo". Además, Buil explica que estos profesionales también tienen que hacer una reflexión sobre su conducta: "Si el alumno hace algo, le echo la bronca pero vuelve a hacer lo mismo, entras dentro de un circulo vicioso. Hay que reflexionar y aprender a guiar la conducta en función de los valores".

Se realiza en la modalidad teórica y práctica para conectar lo que aprenden en la universidad con el trabajo en el aula o en la consulta. "Muchas veces tienen principios básicos aprendidos pero no están conectados con la realidad del aula en la que se pueden encontrar trabajando. Si somos capaces de que conecten la práctica con la teoría, serán capaces de adaptarse a un niño, un adolescente o adulto. Conectar la parte más básica de la experiencia abre infinitas posibilidades", explica Buil. Morillo añade que, así, "se trabaja de manera vivencial y la motivación aumenta de manera exponencial".

El objetivo es que los estudiantes pueden aplicar sus conocimientos universitarios en su trabajo./ Pixabay.

Herramientas para el futuro y para casa

Las herramientas que se ofrecen entre el 13 y el 15 de julio, son las conocidas como “terapias de tercera generación”, que incluyen las terapias de aceptación y compromiso, dialéctico conductual, cognitiva basada en mindfulness y técnicas de manejo del estrés. Sáez incide en que además de conocerlas, también hace falta una base en prevención e intervención, "tenemos que conocer qué es eso que está sucediendo y plantearnos ver cómo podemos abordarlo y trabajar, desde ambas partes". Asimismo, añade que se trata, "de un trabajo multidisciplinar de padres, psicólogos y maestros".

En definitiva, se busca ofrecer recursos para la protección de la salud mental y física de los niños y jóvenes de problemas que se pueden dar también en casa. "El trabajo con niños y padres es intenso. Tienen que saber identificar las conductas y situarse como un faro para ellos pero es muy complejo porque está el miedo a no hacerlo bien o hacer daño", subraya Buil. Asimismo, recalca que un maestro no es un psicólogo, "pero influirá en la vida del alumno para siempre, tanto para bien o para mal".