Las incineraciones superan ya a los enterramientos en Aragón
El cambio generacional y el lugar de residencia son factores determinantes a la hora de decidir entre la inhumación o la cremación
La sociedad vive inmersa en un constante proceso de cambio y esto se refleja en todos los aspectos de la vida pero también, de la muerte. En los últimos años, las incineraciones han aumentado considerablemente, superando ya al número de entierros en Aragón.
En Zaragoza capital, el año pasado fallecieron, según datos del Registro Civil, 8.671 personas. El 60% (5.200) de ellas fueron incineradas, según las cifras que maneja el director del Tanatorio de Torrero, Carlos Lobera. Además, destaca que solo 1.853 de los 5.200 incinerados (el 21%) fueron enterrados en el cementerio municipal de la capital.
Lobera explica que en la provincia zaragozana hay en total ocho hornos crematorios y calcula que el porcentaje de incineraciones rozará en este territorio el 65%.
Prueba clara de este cambio de tendencia son las últimas actuaciones que se están acometiendo en las instalaciones municipales de Torrero. El Ayuntamiento de Zaragoza trabaja en la construcción de 1.600 nuevos columbarios, que se suman a los 7.425 ya existentes.
Este cambio de tendencia también se nota en Huesca. En lo que va de 2023, han tenido lugar 60 incineraciones en el crematorio de Huesca y 30 entierros en el cementerio, es decir, el doble de cremaciones que entierros. El año anterior, en 2022, se registraron 369 inhumaciones y 496 incineraciones.
En este 2023, se han incinerado ya a 60 fallecidos en Huesca capital. / Europa Press
También en el cementerio municipal de Huesca se actúa ya para anticiparse a las necesidades futuras. Con la construcción del último bloque, en la parte nueva del cementerio, hay 365 nichos y 218 columbarios.
Factores determinantes en el cambio de tendencia
El cambio generacional, el entorno en el que se vive y el nivel cultural son factores determinantes. El sociólogo Carlos Gómez explica que hace 20 años, incinerar a un ser querido era prácticamente inconcebible. El experto señala que la forma de entender la religión, y la resurrección, con el paso de los años ha sido el origen de este cambio. "Ya no hay tanto miedo a la muerte, entendida como algo tenebroso. Ahora la percibimos como parte del proceso natural de la vida", añade.
Gómez cuenta también que el lugar donde se reside define si se incinera o se entierra al fallecido. En el medio rural, son más habituales las inhumaciones ya que hay más tradición de visitar los cementerios y están más próximos e integrados a los municipios.
La edad del fallecido y de la persona que decide marcará también la forma de decidir. Los entierros son más comunes en personas de avanzada edad, por esas tradiciones de visitar los camposantos y de llevarles flores a los difuntos. También por ser enterrados en panteones familiares o junto a sus seres queridos.
La pandemia tiene como consecuencia el aumento en las incineraciones. / Europa Press
La pandemia provocada por la COVID también está relacionada con el aumento en el número de incineraciones. Durante esta crisis sanitaria, creció esta práctica que cada día es más elegida por los aragoneses.
Tendencia en España y el trabajo de las funerarias
Desde Panasef, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, su secretario general, Alejandro Quintán, explica que en España los enterramientos suponen el 55% frente al 45% de incineraciones. Unas cifras que esperan que en un par de años se inviertan. Este asegura que en los últimos diez años las costumbres han cambiado mucho, especialmente en el último lustro. Esta evolución la achaca a ese cambio en las creencias y la percepción del más allá. Quintán indica también que, de cara al futuro y con los problemas de espacio de las ciudades, este cambio es una ventaja.
La falta de espacio en las ciudades podría suponer un problema a futuro. / Europa Press
Además, las cenizas ofrecen la posibilidad a las familias o seres queridos de una mayor libertad de elección, mientras que el precio es muy similar al de un enterramiento. El secretario de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios señala que la urna se puede depositar en los columbarios de los cementerios, llevarla a casa o a espacios privados, y las cenizas pueden quedárselas varios miembros de la familia.
Por otro lado, Alejandro Quintán explica que desde el sector están trabajando para reducir las emisiones de los crematorios en un nuevo marco normativo.
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