JIM fortalece su muralla defensiva en el mejor momento

Hay una sensación de déjà vu en los partidos que el Real Zaragoza juega en La Romareda. El equipo aragonés suele salir en busca de la portería contraria, marca gol y a partir de ahí, JIM edifica una muralla infranqueable para el rival. Se sufre, se viven momentos de tensión y los centrales se hartan a despejar balones. Pero al final se gana y los jugadores se funden en una piña. Pasó ante la Ponferradina, pasó ante el Tenerife y ha vuelto a ocurrir con el Mirandés. Parecido guion se dio ante la UD Logroñés, con la diferencia de que aquella vez el equipo blanquillo supo sentenciar en la recta final con un segundo gol que alivió mucho. En los partidos se sufre mucho, pero por fin se están saboreando los frutos: el Zaragoza ya le saca tres puntos a la zona de descenso y ha convertido La Romareda en un auténtico fortín.

Los datos le acompañan a JIM. Desde su llegada, sólo ha encajado más de un gol en uno de doce partidos ligueros, en la derrota de Vallecas. En cinco de ellos, ha dejado la portería a cero. El equipo aragonés defiende con las líneas muy juntas, a veces con un 4-1-4-1; otras con un 4-4-2 más típico. En la mayoría de los partidos regala la posesión (el ejemplo más claro ha sido ante el Mirandés, 30% en el global); y en los que la ha dominado, ha caído (Alcorcón y Real Oviedo). El equipo aragonés ha sumado 12 goles y ha encajado tan solo nueve desde su desembarco. Haciendo una clasificación sólo con esos 12 partidos, el club aragonés sería sexto, empatado a 20 puntos con el Mallorca, quinto. 

Son los brotes verdes de un JIM que en Las Gaunas tiene un nuevo reto: mejorar los números a domicilio. Y es que fuera de casa sólo ha sacado cinco puntos de los 20 que lleva. Pero, datos en la mano, pese a la sensación de sufrimiento al Real Zaragoza le salen las cosas. Y eso, en víspera de dos partidos vitales (UD Logroñés y Cartagena), es oro.