Un viaje por la Navidad del siglo XX, en ‘Vuelta Atrás’
Los festejos navideños llegan este domingo al programa de recuerdos de Aragón TV
‘Vuelta atrás’ comienza este domingo (a las 21:20 horas) con un recuerdo al primer automóvil matriculado en Zaragoza, un Clement Bayard. Aunque ya circulaban varios de estos artefactos demoníacos por sus calles, fue a comienzos del mes de junio de 1905 cuando Fernando Escudero consiguió la matrícula Z-1 para transitar legalmente por su ciudad. A partir de ahí muchos de sus paisanos siguieron su estela. En Zaragoza se llegaron a fabricar a lo largo del siglo llamativos deportivos, alguno de los cuales fue recogido in situ por un prestigioso actor norteamericano.
A finales de los años 60 el desarrollismo franquista construye una gran cantidad de pantanos y grandes presas que se llevarán por delante la vida y la historia de pueblos y de valles enteros. Fayón o Mequinenza, entre otras muchas localidades, vieron destruidas sus casas y en el mejor de los casos su población fue trasladada a nuevos núcleos urbanos. Uno de los casos más llamativos fue el de Jánovas, en el que tras dinamitar las viviendas y destruir sus cultivos, el pantano jamás se llegó a hacer.
El tercero de los reportajes aborda la historia de la Navidad, una época del año llena de ilusión, luces y color. Desde los grandes belenes del Paseo Independencia y la Plaza España, a los Reyes Magos que recogían las cartas de los niños y desfilaban por el centro de la ciudad, pasando por la decoración en calles y comercios, las Pascuas han sido fechas entrañables para niños y mayores. Quién no tiene sus recuerdos infantiles yendo a elegir sus juguetes al Sepu, montando el árbol en el cuarto de estar o recortando un río de papel de plata para el belén.
El programa finaliza con la historia del Teatro Circo. Aragón ha sido tierra de grandes actores y actrices y ha albergado algunos de los teatros más majestuosos de la geografía española. Construido en 1887, fue en primer lugar un espacio estable a las compañías de circo y a continuación a las compañías de teatro y variedades que llegaban a la ciudad. Diseñado por el arquitecto Ricardo Magdalena, se mantuvo en pie hasta los años sesenta en los que el afán por subirse al carro de la modernidad y los grandes edificios, se lo llevó por delante.